Parece que está película es una obra menor, un biopic más rodado con unos medios más justos de lo normal, pero lo cierto es que es una muy buena película, que funciona en todos sus aspectos: comedia, drama, actuaciones, secuencias de lucha libre...

Al parecer Dwayne Johnson vio un documental durante una estancia en Londres que le impresionó, y que contaba la vida personal y profesional de una familia de luchadores. Y tal cual se adapta aquí, con cierta libertad, para contarnos la historia de los Knight (papá, mamá, hijo e hija) que se dedican al wrestling de manera profesional en su Norwich natal. En unas pruebas para acceder al circuito de la WWE Saraya (Paige profesionalmente) es elegida y su hermano no. Y vamos viendo los que eso significa para ellos y la familia.

Tiene una trama sencilla pero con miga, que logra que te preocupes por ellos cuando pasa algo malo y te alegres cuando pasa algo bueno. Te hace animar a Paige en sus diferentes entrenamientos y apoyarla en sus luchas. Y gran parte de esto es debido a que los actores están muy bien todos.

Mención especial a los cameos de luchadores famosos y al papelito que se guarda Dwayne para sí mismo, que está muy divertido. Los fans de la lucha libre lo disfrutarán doblemente.

Esta peli hay que verla sin dejarse llevar por los prejuicios. Si lo haces seguro que te llevas una grata sorpresa.