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Voto de Estanis Bañuelos:
9
Drama En el corazón de las estepas de Anatolia, un asesino intenta guiar a un equipo de policías hasta el lugar donde enterró al cuerpo de su víctima. En el curso de este viaje, una serie de pistas sacarán la verdad a la superficie... (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez en Anatolia es una película que, a pesar de ser un poco lenta, esconde detrás de cada secuencia por las estepas de Anatolia, una intriga sobre la humanidad. Lejanos a la civilización, tres coches de investigación vagan por la noche en busca de un cadáver. Tras cada curva, se abre ante el espectador la sensación de que algo nuevo va ocurrir, que algo va a permutar. Sin embargo, nada cambia. El transcurso sigue lineal a través de esas carreteras infinitas y desiertas, como una road movie sin punto final en forma de cinéma vérité. A medida que avanza la película, el público, ya dado a la idea de que el director Ceylan no va por el camino del suspense, empieza a pensar que, en Érase una vez en Anatolia, no va a suceder nada en los 158 minutos de su duración. Sin embargo, poco a poco Nuri Bilge Ceylan va nutriendo la historia mediante sus hipnóticas imágenes hacia la constitución de una película que te lo da casi todo a través de la fuerte impresión que va apoderándose del médico.

A falta de algunas respuestas por parte del director, el espectador vuela en su interpretación de lo que pueden decir esas miradas penetrantes y decaídas de los actores. Para ello, el director empequeñece una historia muy interesante a nivel narrativo de un thriller, para convertirlo en un drama. Ceylan se centra en mostrar las pequeñas cosas mediante las fugaces, pero llenas de intenciones, conversaciones entre todos los implicados que se encuentran en esta aventura nocturna. Entre ellos destacan los papeles del doctor (Muhammet Uzuner), el comisario (Yilmaz Erdogan) y el fiscal (Taner Birsel). Unos intérpretes que bajo un envoltorio, van desnudándose hasta convertirse en verdaderos personajes redondos. En definitiva, Érase una vez en Anatolia, es un cóctel que refleja una comedia negra que engloba la crueldad humana, las absurdas e irónicas costumbres y el arrepentimiento y la conciencia.

Érase una vez en Anatolia crea una controversia en cuanto a la mirada desde que se realiza el film. Aunque nos adaptemos a la velocidad narrativa de Ceylan, el espectador busca que, mediante las increíbles y fugaces muestras de que no solo es un gran director observacional, muestre más giros de guión y más intriga. Sin embargo, si hipotéticamente el director hubiera decidido apostar por esa idea, como consecuencia habría perdido la otra esencia de la película: el realismo social. Así pues, en este film, Nuri Bilge Ceylan decide hacer una apuesta fuerte y arriesgada que quizá no consiga conectar con todo tipo de público.
Estanis Bañuelos
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