Una peli muy minimalista, me ha recordado bastante a Gerry. Luego de verla anoche, fui a ver el año en que se hizo, y se ve que hace ya una década de ello. Se nota, es una película muy arriesgada que no se haría ni loco en plena época de plataformas de streaming de pago y con una crisis generalizada de las salas de cine.

El protagonista no dice ni mu, ni nos podemos deleitar con escenas bellísimas (a no ser que seas fan incondicional de Robert y te encante ver en primer plano su rostro ajado por la vejez, el sol y la sal del mar). De la música no puedo opinar mucho, pero parece ser que ahí también aplicaron el minimalismo. Aún así, la película se hace muy entretenida porque el protagonista no puede parar ni un segundo, está en un ambiente hostil y constantemente debe lidiar con multitud de situaciones e inconvenientes, dejando al espectador con intriga y congoja en muchas ocasiones.

El momento más surrealista y que me ha parecido muy ilustrativo de la época en que vivimos y que no se daría en otras, es cuando se cruza con dos barcos gigantescos, unos cargueros.... y aunque hace señales con bengalas y artilugios similares, nadie le ve porque es un puto barco de contenedores y la tripulación ni está pendiente de lo que ocurra fuera, ni hay pasajeros contemplando horizonte alguno.
Se llega a sentir una impotencia brutal. Tan cerca, y tan lejos...
La película nos muestra cómo hoy en día tenemos muchísimos más recursos para sobrevivir a un naufragio, pero a la vez es mucho más complicado conseguir ser rescatado cuando casi todo el tráfico marítimo consiste en enormes cargueros sin apenas tripulación que esté pendiente del exterior.
Las contradicciones de la vida moderna.