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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
8
Comedia Un grupo de cuatro jóvenes de una "High School" consideradas como las más populares, cometen todo tipo de crueldades con sus compañeras y compañeros. Una de estas chicas, Verónica Sawyer (Winona Ryder), empieza a darse cuenta de que lo que hacen no es bueno, pero le resulta difícil salir del grupo. Aliada con un nuevo chico que ha llegado a la escuela, logran matar a tres alumnos molestos, aunque en todos los casos aparecen como ... [+]
17 de septiembre de 2012
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, "Heathers" (me niego a utilizar su aberrante título en español) es a la comedia adolescente lo que "El Padrino" al cine de gangsters. Una autentica delicia que mejora a cada visionado. No en vano, y sin que sirva de precedente, recibió en su momento excelentes críticas.

Olvídate de los ”American Pie” y sus chistes descerebrados a base de “caca, pedo, culo, pis”, de las almibaradas “Diez razones para odiarte” o las intolerables pijadas a lo “Sensación de vivir”: esto es otra cosa. En apariencia, se regodea en los cliches: la historia de amor entre la chica buena y el malote rebelde, la pijas odiosas y populares, los guaperas del equipo futbol, los frikis con sus inevitables gafas culo de vaso y, por supuesto, la chica gorda de la que todos se ríen. Pero es sólo para derribarlos: bastan los títulos de crédito para comprender que estamos en otra galaxia. Lo que hace Michael Lehmann es darle la vuelta al calcetín y sacudirlo en tu cara.

Porque hay guiones buenos, mejores… y luego está la maravilla que escribió Daniel Waters para esta película: es imposible condensar más inteligencia, sarcasmo, mala leche y escarnio de las miserias de la condición humana en tan pocas líneas. Los diálogos, incendiarios como el napalm y corrosivos que ríase usted de la sangre de Alien, no dejan títere con cabeza y ridiculizan todos y cada uno de los valores e instituciones sobre los que se edifica la sociedad norteamericana, desde la familia a la escuela, pasando por la esa enfermiza competitividad tan yanqui. Comedia negra, no. Negrísima: como el sobaco de un grillo contemplado desde un pozo una noche sin estrellas. Si a eso le unimos el desparpajo y descaro con los que se tratan temas tan delicados como el asesinato, el suicidio o el sexo adolescente y un punto de humor surrealista, tenemos como resultado una de las películas más originales, refrescantes y valientes de los ochenta.

En efecto, estamos ante algo único y, por desgracia, irrepetible: consecuencia casi milagrosa de un momento muy concreto caracterizado por una relajación de la censura en un Hollywood que todavía no estaba totalmente controlado por las grandes distribuidoras. Hoy en día, en la USA del “tea party” y “no hagamos nada original, no sea que no recuperemos la inversión” una película tan irreverente y políticamente incorrecta como ésta es absolutamente inimaginable.

En cuanto al reparto, lo primero que me viene a la cabeza es lo irónico que resulta que este, a sus diecisiete años, fuese el primer papel protagonista de Winona Ryder. Y es que la triste realidad es que, a día de hoy, sigue siendo la interpretación de su vida. Está maravillosa, absolutamente superlativa; se come cada plano en los que aparece. Su rostro es capaz de expresar con la misma eficacia hastío, inteligencia, inocencia, cinismo o malignidad, y uno, que lo esta viendo desde el sofá, no puede evitar sentir inmediata simpatía por su personaje. Luego tenemos a Christian Slater, un actor que jamás me ha caído en gracia, pero del que me atrevo a decir exactamente lo mismo: la mejor interpretación de su carrera. Aunque en un registro mucho más histrionico, está magnífico y consigue quedar apenas medio escalón por debajo de Ryder. Incluso los secundarios, y no son pocos, están geniales: las odiosas “Heathers” (entre las que se encuentra Shannen Doherty, la “buenorra” Brenda de “Sensacion de vivir”), sin ir más lejos, consiguen que desees su muerte desde su primera aparición en pantalla, que es, al fin de cuentas, exactamente de lo que se trata.

En resumen, una pequeña joya. Una brillante sátira que cuenta entre sus principales bazas con un guion brutalmente inteligente y un reparto descomunal. Y que no te engañen las apariencias: esta negrísima comedia, puramente adulta y hasta el corvejón de amargura y sarcasmo, seguramente, la gozarán mucho más los que ya tengan unos añitos.

Porque, ¿quién no recuerda aquellos “maravillosos" años?
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P.D.(1): Por favor, que alguien cuelgue al idiota que pone los títulos en español.
P.D.(2): "Ich lüge": "Te estoy mintiendo". JAJAJA.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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