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Voto de Kyrios:
5
Cine negro. Intriga. Thriller A casa de sus familiares, en el tranquilo pueblo de Santa Rosa, llega un día el encantador tío Charlie (Joseph Cotten), un seductor criminal que viaja de Filadelfia a California y al que la justicia va pisando los talones. Su sobrina Charlie, a pesar de que no sabe nada de sus actividades, no tardará en sospechar que su tío es el misterioso asesino de viudas al que la policía anda buscando. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie duda de la maestría de Alfred Hitchcock, pero no toda su filmografía (una de las más amplias que encontramos dentro de los grandes directores) es igual de consistente. Tenemos películas como Vértigo (1958) y otras como posada Jamaica (1939), y entre medio, películas como la sombra de una duda (1943) una película que si bien no es un desastre, tampoco se acerca al nivel de calidad de las obras maestras del director británico.

La sombra de una duda no es una rara avis dentro de la filmografía del director. De hecho, se puede emparentar con numerosas películas de Hitchcock, como Crimen Perfecto (1954), Falso Culpable (1956) o Yo confieso (1953). El problema de la película no tiene nada que ver con que el director británico se arriesgara o planteara un molde diferente al de sus películas habituales, sino que nos encontramos ante una película simple, por no decir tonta. Pero no una película ingenua como podría ser Con la muerte en los talones (1959) que se servía de su aparente inocencia para parodiar un género entero (el de espías), no. La sombra de una duda defiende un guión que presenta unas situaciones ridículas y que tiene demasiados agujeros, incluso para un tipo como Hitchock, cuyas películas tienen un poder visual que acostumbra a tapar las carencias del guión.

El personaje que interpreta Joseph Cotten (el mejor actor de largo de toda la producción) es un ávido criminal que ha asesinado varias mujeres solteras para quedarse con su herencia. El caso es que dos policías van detrás de su pista, con lo que este intenta huir de ellos, y lo hará mediante su familia, ingresando en la casa de su hermana, que vive en un pequeño pueblo con su esposo y tres hijos, los cuales no sospechan nada sobre las actividades criminales del personaje de Cotten. Teresa Wright, interpreta la sobrina de Cotten, en un papel sobredimensiado y sobre el que recae la otra cara del peso interpretativo.

El argumento mezcla el interés por el crimen perfecto, tan recurrente en la filmografía del director británico (inclusive con la película que ya he citado y que su título resulta bastante explícito, me refiero claro está, a Crimen Perfecto 1954) y que incluso llega a materializarse como modo de anécdota con los diálogos que sostienen el padre del personaje de Teresa Wright, y un vecino suyo, cuando hablan de manera inocente (y a la vez siniestra) sobre como cometer el crimen perfecto. A parte de esto, el suspenso de la película viene del típico caso del falso culpable al cual el director da un pequeño giro (esta vez uno de nuestros protagonistas es culpable y durante toda la película se juega a descubrir su malicia).

Uno de los problemas del guión es que todos los protagonistas exceptuando el de Cotten carecen de vida propia. Todos se mueven dentro de los ámbitos del american way of life más rancio sin que ninguno de ellos demuestre un gesto de vivacidad. Pero más allá de este retrato sin chispa ni gracia nos encontramos con una película que toma por estúpido al espectador. No se pueden enumerar ni con dos manos la enorme cantidad de tropelías que comete el director, a saber: Una de las secuencias con las que la sobrina empieza a sospechar es debido a una futilidad como el arrancamiento de una hoja de papel de periódico (¿De verdad Charlie cree que alguien le va a detener por lo que pone un periódico cuando la policía no tiene apenas pistas para incriminarle?), el final casi cómico de la película, las sospechas de los policías (¿en que se basan? ¿Por qué cesan de repente? ¿Porque Hitchcock incluye la secuencia del policía enamorado?). Hitchcock resuelve los problemas con la ayuda de un Deus Ex machina, pero más allá de esto, ¿Qué nos queda?

El eje del film es un suspense que se diluye a medida que avanza la película. Se intuye la dualidad con la que se dedica Hitchcock a completar la película (nos encontramos con dos personajes que se llaman igual y que son la cara y la cruz de una misma moneda, pero a la vez también tenemos dos niños más en la familia, así como dos secuencias de trenes, los dos valses etc..) pero todo queda en un segundo plano. El interés acaba decayendo.

Por otra parte, la película no tiene grandes secuencias. No hay ninguna al nivel de la subida (y descenso) al campanario de Vértigo (1958) o la mítica escalada al monte Rushmore en con la muerte en los talones (1959). La sombra de una duda es un thriller muy desigual y la mayor parte de calidad no la aporta Hitchcock sino la interpretación del tío Charlie, por parte de un magnífico Joseph Cotten que realiza el arquetípico papel de malvado (habitual dentro de las películas del británico) con una gran solvencia.

http://neokunst.wordpress.com/2014/02/03/ciclo-alfred-hitchcock-la-sombra-de-una-duda/
Kyrios
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