Hay cosas que por muchos años que pasen, seguiré sin entender. Si me montas una historia de casi dos horas, no me puedo sentir como que me han dejado de contar algo.

La historia está ya muy vista, pero no por ello es algo negativo. Un chico que llega a prisión con una condena corta, ni tan siquiera se nos cuenta qué hizo para tener que ingresar. Por lo visto perder dos minutos en comentar algo así, destrozaba la historia. Aprenda de los errores señor Avery. De repente se muestra muy rápido por donde van a ir los tiros, chico nuevo, chico solitario, chico que ve como son las jerarquías allí dentro y comprueba por si mimo en la piel de otro, (que extrañamente es su compañero de celda), como se las gastan, sino perteneces a un grupo que te proteja. Ahí es donde aparece el personaje de un magnífico Ewan McGregor, lo mejor del film sin dudas, y por casualidad gracias al ajedrez, lo recluta para su causa a cambio de protección. Lo que viene ya después ni me lo creo, ni me lo creeré. ¿Que te juegues el cuello por un tipo que te echó una mano durante 6 meses y le quedan muchos años de condena, para pifiarla y acabar allí otra vez? Si me cuentas una del oeste quizás me lo crea más.

El atractivo en mi opinión estaba dentro, fuera de la prisión y todo lo que viene a continuación, no solo pierde interés, sino que es muy confuso y difícil de creer.

En fin, para los no muy exigentes y con ganas de evadirse un rato.