¿Recordáis alguna película donde la historia o el argumento no os llene del todo, pero la interpretación del actor protagonista lo compensa? Pues salvando las diferencias, porque la historia no es mala, nos encontramos ante un caso similar.

No soy lector de cómics, ni nunca lo he sido, así que desconozco si el personaje del Joker apareció así en su momento, porque a mi personalmente el de Jack Nicholson me agradó muchísimo, esa forma característica de hacerlo todo bajo la atmósfera del humor, pero a la vez, transmitir pánico y terror a quien tuviese delante.

Joker es una historia donde se nos presenta a una persona primeramente, una persona que vive un vida muy triste y desangelada, sin ilusión, sin amigos, sí, he escrito bien, sin amigos, con algunos compañeros de trabajo y con una madre postrada en casa, que no en cama. Si a esto le sumas un trauma infantil, una deformación física y una especie de crisis epiléptica que lo hace reír descontroladamente causando malestar a la gente que lo rodea. En dicho proceso de rechazo, iremos viviendo mano a mano la transformación de un enfermo en un psicópta.

Porque recuerden, es una película exclusivamente sobre el Joker, no esperen que salga Batman o cualquier otro personaje. Me ha encantado acompañar de la mano a un grandioso Joaquin Phoenix, quien estoy convencido que ésta vez si, le será otorgado el oscar. Hace el personaje suyo, su deterioro físico, tuvo que perder más de 25 kilos para la interpretación, su grandísima variedad interpretativa a lo largo del film, nos mostrará un master de interpretación en casi dos horas. Veremos como pasa de un enfermo indefenso, a ser un poderoso líder de los golfos de turno.

Para no sorprender a nadie, es una especie de biografía del personaje, con un ritmo lento, a veces, excesivamente lento para la causa, pero se entiende viendo lo que cuenta. A mi me ha gustado mucho y repito, espero oscar con nombre y apellidos.