Lo primero que te llama la atención de esta película... es su magnífico reparto. Actrices de sobra conocidas, las cuales te aseguran un trabajo por lo menos entretenido. Y que verdad más real cuando admiras esta magnífica historia.

El comienzo aunque no muy aclaratorio ( hecho importante para el resto del relato ) consigue engancharte a la historia rápidamente. Esos personajes sufridos y tan reales, son los que me gustan. Te identificas con ellos, porque te los crees. Esa niña que ha crecido sin una madre, y a la cual su padre a penas le dirige unas palabras al día. Que ha ido haciéndose una mujer rodeada de cariño... por gente de color. Y la cual no entiende el porque del odio racial. ( Perfecta la escena donde es agredida Rosaline ). A raíz de su 14 cumpleaños, despiertan inquietudes dormidas en la niña, acerca de su madre, la cual murió por accidente hace 10 años.
Eso y lo poco unida que está a su padre, provocará que huya de casa e intente aclarar el porque de la huida de su madre y su posterior muerte.

Cuando entran en la historia Queen Latifah, Sophie Okonedo y Alicia Keys, le da un aire de frescor a la historia. Sus personajes representan por separado los diferentes estados de ánimo de una persona. El optimismo por bandera, la tristeza y el enfado. Curioso el hecho de que todas las hermanas tengan nombre de mes, ( May, June, August ). Aprenderemos en la historia bastante acerca del mundo desconocido de las abejas y su importancia en el desenlace de la historia. Con un estilo campestre a Tomates verdes fritos, y con una gran variedad de personajes, disfrutaremos de un reparto de lo más variopinto, dentro de un ambiente adornado por la propia naturaleza. Reiremos, lloraremos... esto es lo que se espera siempre de un buen trabajo y una buena historia. Cabe destacar el corto pero intenso papel de Paul Bettany.