En muchas ocasiones se nos presentan las películas sobre la guerra con la finalidad, sobre todo en el cine americano, de terminar la historia encumbrando a sus héroes, a los salvadores de la nación y del mundo. Esos que son guapos, ricos y famosos y son los que son recibidos con vítores, confetis, honores y música. Y todos felices y contentos para sacarse la foto de turno. No busquen eso en esta historia.

Oliver Stone en pleno esplendor artístico nos trae parte de una historia real. De un chaval, da igual el nombre y de donde es, que cree en su inmadura juventud que debe alistarse voluntario para pelear por su país en Vietnam, que es la mejor manera de demostrar su amor a la patria. Da igual el motivo por el cual es la guerra o quien es el enemigo, la campaña publicitaria que ha encargado el país, te absorbe por completo tus ideas y las convierte en favor de la corriente bélica.

El chico regresa mal herido, postrado de por vida en una silla de ruedas y comienza a cuestionar si todo esto ha valido la pena, cuando la realidad del momento le muestra ese futuro tan poco esperanzador. Todos sus sueños se han ido al garete, sus ideales, sus convicciones, sus creencias, su amor, sus planes de futuro, incluso su familia y amigos y comienza a sufrir en sus propias carnes el rechazo y rencor de la sociedad americana, cosa que lo descoloca por completo.

De forma inteligente Stone nos presenta cada paso de la historia, el progreso idealista que va cambiando poco a poco a medida que igualmente cambia la situación de su vida. No es lo mismo luchar en un tatami de lucha libre como hobbie, que no poder ir a mear solo.

La peli es dura, no a nivel bélico como cabría esperar, porque incluso esa parte no es tan larga como uno esperaba, teniendo en cuenta la duración de la cinta. Me refiero a lo emocional, a lo psicológico. La transformación del personaje es la bomba en una de las mejores actuaciones de Tom Cruise a lo largo de su carrera.

Decir que me lo he pasado bien viéndola, no sería la forma perfecta de describirlo, pero confirmo que es necesario ver la película, para entender el sufrimiento de los que fueron engañados a participar en un guerra que no tenía ni pies, ni cabeza.