Viendo esta película mi mente se traslada en el tiempo allá por mediados de los 80, cuando a alguien con una mente más avanzada que el resto de compañeros de profesión, se le ocurrió la genial idea de mezclar géneros, en ese caso en particular la acción con la comedia, y dió un resultado de escándalo, sagas como la Jungla de Cristal, Arma letal, Tango y Cash y muchas otras. ¿Pero dónde estaba el éxito?

Precisamente en respetar cada espacio del film, osea, el lado de la comedia no debía oscurecer la acción, ni la acción minimizar la comedia, para que nos entendamos un fifty-fifty aproximadamente. Lo importante es el desarrollo, si ahí no se pierde el hilo, todo lo demás son extras añadidos que lo hacen subir de nivel. Sin embargo, si lo más duradero de la película lo conviertes en una serie de imágenes grotescas, dantescas y ridículas en funsión de lo que te cuentan, yo por lo menos doy al pulpo la validez de animal de compañía, y pasa a darme igual que me cuentas una del oeste como de chinos.

Noche y día tenía los elementos necesarios para haber realizado un producto mucho mejor de lo presentado. Un reparto sensacional, aunque muchos lo envidien ahí está su carrera y los números no engañan, Tom Cruise atrae a la gente al cine. La guapísima Cameron Díaz, la cual se maneja perfectamente en estos géneros. Un siempre cumplidor Peter Sarsgaard y un malo malísimo Jordí Mollá, jajajaja, (a este habría que expulsarlo de España una temporada, ver spoiler). Las escenas de acción son lo mejor de la cinta, espectaculares al 100%, en especial las escenas en coches y motos, geniales. No entiendo como teniendo a un actor que se desenvuelve perfectamente en el cine de acción, ahí está su saga de Misión Imposible, se presta a bajar su caché con una comedia tan ridícula desde sus primeros planos. No comparto yo esos modernos agentes secretos que tratan de caer simpáticos a todo el mundo, no pasar desapercibidos y a las primeras de cambio contarle todo un secreto de estado a la primera mujer que se encuentra por el camino. Vale, está bien que la hayas utilizado de conejillo de indias para pasar la pila, y que después te sientas responsable de haberla subido al avión, pero una vez que aterrizas, compruebas que está bien, pues chaqueta y manta, hasta luego y que te vaya bien, todo lo demás se convierte en ridículo, y en lugar de hacerte reír, te estás planteando la idea de porqué sigues viendo esto. Escenas de tiroteos a tu alrededor y tú hablando como si nada, o un batallón de tipos disparando y tu acercándote a declararte a la chica me parecen que son más que rozar el ridículo, es patético.