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Voto de Javier Chacón:
8
Thriller. Acción. Drama Batman/Bruce Wayne (Christian Bale) regresa para continuar su guerra contra el crimen. Con la ayuda del teniente Jim Gordon (Gary Oldman) y del Fiscal del Distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), Batman se propone destruir el crimen organizado en la ciudad de Gotham. El triunvirato demuestra su eficacia, pero, de repente, aparece Joker (Heath Ledger), un nuevo criminal que desencadena el caos y tiene aterrados a los ciudadanos. (FILMAFFINITY) [+]
9 de noviembre de 2008
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La noche siempre es más oscura justo antes del amanecer" Harvey Dent

Se presenta ante nosotros la batalla más significativa que pueda existir. Poco importa que en ella participen Batman, Joker y Harvey Dent. Ellos, después de todo, no son más que personas. Lo que importa es la batalla que hay por encima de ellos, entre los símbolos que son, lo que representan. Que uno de los pósters de la campaña sea aquel en el que aparecen los tres personajes con los símbolos sobre su rostro no es una casualidad.

Batman no es un superhéroe, es un justiciero enmascarado, un personaje que es imprescindible en tiempos difíciles pero cuyo destino es dejar paso a un periodo de luz sin él. El pueblo, no puede permanecer siempre a la espera de que Batman les ayude, sino que debe tomar las riendas de su propia ciudad y ser ellos los que decidan el bien. De nuevo, el hecho de que se compare a Batman en la película con un dictador romano elegido de forma temporal, para dar paso finalmente a una democracia cuando la situación lo permita, no es una casualidad, ni algo para parecer más cool.

Harvey Dent representa esa democracia, él es la voz del pueblo, el líder que busca el bien del estado a través del estado, dando la cara (aunque todos, en cierto modo, tengamos también una cara oculta). No significa que no quiera la justicia por cualquier medio cuando sea preciso, sino que sabe que un sistema así no puede durar siempre, ya que entonces, lo que en principio fue una dictadura necesaria, se convertiría en una tiranía opresora. Él, como Batman, sabe que la justicia enmascarada debe finalmente desaparecer, no se es un verdadero héroe si no se es capaz de reconocer que cuando el objetivo esté concluído, uno tiene que dar el trabajo por terminado.

Joker bien podría ser un enemigo que buscara algo, pero eso le convertiría en una persona, y no lo es. Joker es otro símbolo, Joker es el mal absoluto, el mal desinteresado, alguien que solo desea ver el mundo arder. Si quisiera algo en su beneficio propio, ya no sería el Joker. Si supiéramos por qué Joker existe, tampoco sería el Joker. El personaje, tenía obligatoriamente que ser un maníaco, movido por un placer morboso, alguien cuyo único fin en el mundo sea demostrar que en realidad, todos somos como él, todos somos unos asesinos. Cuando Joker reta a Batman afirmando que no le matará porque le necesita, tanto como Joker necesita a Batman, es como si un país invasor le dijera al dictador romano de turno: necesitas que te invada tanto como yo invadirte, porque el fin de mi invasión sería el fin de tu mandato.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javier Chacón
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