Rodada en diez días tras ser escrita por Coppola en una noche. Bajo el auspicio de la política Corman, el resultado muestra cómo las prisas no son buenas.
Sin embargo, a día de hoy asistimos a producciones Slasher mucho más insustanciales, realizados con mucho más presupuestos y que, a la postre dejan al espectador más vacio de lo que entró a la sala de cine.
El espectador ha de ser benevolente con este filme, no por haberlo realizado Coppola, sino porque es un subproducto de la factoría Corman, y por ende no encontraremos alta calidad.
Es una película que se ve con gusto, que se sigue con interés, y que atestigua claramente que Coppola quería llevar al mundo moderno la primera película del ciclo Corman-Poe: La Caída de la Casa Usher (1960).
Indudablemente no presenta ningún mérito en cuanto a fotografía o técnica, pero sí se aprecia un desenvolvimiento digno en la realización, especialmente si constatamos la premura de la realización.
Concluiré salvando al señor Coppola con un 6, a pesar de que él se suspendió a sí mismo, intentando destruir las copias.
Indudablemente Francis Ford Coppola albergaba dentro de sí mucho más valor que el exhibido en Dementia 13.