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España España · Costa mediterránea
Voto de Antoine Czirszn:
6
Drama Después de un prólogo documental sobre las costumbres del alacrán, unos bandidos descubren a un grupo de arzobispos orando en un acantilado. La fundación de la Imperial Roma, celebrada en el sitio donde oraban los clérigos, se ve interrumpida por los lances amorosos de una pareja que es separada. El hombre es conducido a prisión pero logra escapar y se refugia en casa de su amada. Durante una fiesta, la pareja intenta consumar su pasión ... [+]
10 de septiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí es, en estos dos aspectos, donde reside la línea argumental de "La edad de oro", si es que en realidad la tiene:
- Vale que sí, que Buñuel dijo eso de que iba sobre el "amour fou", el amor loco, el amor que no puede resistirse ni reprimirse, que va en contra de todos los valores sociales y morales habidos y por haber. Pero, en mi opinión, más que un argumento o tema, se trata de una excusa, un punto de apoyo del que se sirve para dar rienda suelta a sus preocupaciones, a sus manías y sus fetichismos. Así, el erotismo, por no decir el sexo, forma una parte muy importante y constante del "argumento" (desde el "revolcón" durante el acto institucional, hasta los lametones en el pie de la estatua, pasando por las constantes piernas de mujer que se dejan ver).
- Por otra parte, el orden moral y social establecido entonces tenía como eje fundamental la religión, y en su afán de destruirlo (algo evidente en su filmografía), el director intenta dejar constancia de su "odio" a la Iglesia, al menos como institución: ahí tenemos a los ¿obispos? del principio en el acantilado y sus esqueletos, o al cura que tira por la ventana, o el orgiástico epílogo.

Una vez expuesto esto, diré que no me ha sorprendido esta película, la segunda de Buñuel, pues, tras ver "Un perro andaluz" era de suponer que el director seguiría la misma línea: inconexa, provocativa, violenta, transgresora, absurda... y lo más característico como ya he dicho, erótica y anticlerical. En definitiva, surrealista.
Me ha parecido una película aceptable, sin más, teniendo en cuenta que soy un amante de la argumentalidad en el cine; aún así, soy capaz de quitarme el sombrero con las imágenes que pare Lynch (por decir uno) o con muchas manifestaciones del movimiento surrealista original (bipolaridad, lo llaman).
Y es aquí donde mi nota se explica: la falta de argumento coherente junto con el metraje excesivo para este tipo de cine, son unos hándicaps que se combinan con las numerosas imágenes que dejan boquiabierto a cualquiera por su premeditación, nocturnidad y alevosía... resultando así un un film "interesante".
Antoine Czirszn
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