A pesar de lo inverosímiles que puedan resultar algunos trucos que el mago se saca de la manga, el guionista cumple sobradamente con su labor de sorprender en todo momento al público. Lejos de ser tan previsible como su cohetanea "El Prestigio", el ilusionista te mantiene enganchado a la pantalla de principio a fin, haciéndote esbozar una sonrisa de complicidad al final, junto al señor Glimati.

La labor de fotografía (nominada al Oscar), en la cual destacaría la escena de sexo entre los protagonistas y la sobrecogedora imagen del bosque al comienzo de la búsqueda (mas detalles en spoiler) es sorprendente. Bien trazada en todo momento. La única pega que le encuentro es Edward Norton. Y es que el joven actor, aunque no carece de talento, no me termina de llenar.