La verdad es que me reí bastante cuando la vi en cine. Me he vuelto a reír en la escena del título (el gesto y la voz de Willy Montesinos es mundial) y en la escena estrella de la peli: la del zapato. Lo demás es bastante flojo. Los actores están en general bastante mal. Los gags tampoco son para tirar cohetes. Aparecen un montón de figurantes que, vistos ahora, permiten jugar al juego de los reconocimientos y el quién es quién. Es este un producto de comedia tipico de los ochenta, con una democracia aún reciente y unos temas (sexo, política, cambio de costumbres) que de aquella eran novedosos. La carrera de Colomo corre paralela a la de Almodóvar, con la que comparte algunos actores. La aparición de Chus Lampreave como vecina chismosa parece un ensayo del personaje de portera en "Mujeres...", película inmediatamente posterior en el tiempo. Un precedente es el "Sé infiel y no mires con quién" de Trueba, donde aparece ya buena parte del elenco.