Si pasamos por alto el innoble atropello de cargarse al genuino Santa Claus, cosa que no estoy muy seguro de hacer, descubriremos un trabajo típicamente navideño e infantil. Comedia familiar no muy original, un padre separado con un niño que está a punto de dejar de creer en este personaje que trae juguetes a los pequeños que se portan bien, que por accidente se convierte en el próximo Papa Noel, pero con algo de magia, un poquito de humor bien repartido, surrealismo, más fantasía y buenas vibraciones.

De todos modos hay algunos apuntes que me han parecido atinados. Por ejemplo, ¿quién no tiene una especie de trauma por ese juguete que nunca nos regalaron? En mi caso, la colección de LEGO, yo es que iba a lo grande, lo quería todo, no sólo el barco pirata, la goleta o el castillo. O también, ¿os acordáis de ese "Cita misteriosa" para niñas? Yo más o menos. En fin, suave entretenimiento con un enorme éxito, sobre todo en su país donde fue la cuarta más taquillera en 1994. Le damos regalo mejor que carbón.