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Voto de Reaccionario:
5
2 de marzo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasable película de dibujos animados, cuyas altas expectativas creados por crítica y premios, la perjudican. Entretiene pero "Happy Feet" es demasiado irregular y confusa como para ser buena. No sé si el mayor, pero uno de sus errores principales es que añade muchas cosas. Hay momentos en los que el argumento va dando tumbos e ideas supuestamente importantes quedan arrumbadas a los minutos finales. Por ejemplo, si tenemos un pingüino que en vez de cantar, baila, ¿para qué nos sacamos la trama ecológica de los peces? ¿Para qué tantos secundarios y tantas secuencias de aventura innecesarias? Reconozco que ambas podrían fundirse pero tal y como lo hace George Miller, no. Si os dais cuenta dedica prácticamente la primera mitad a una cosa y la segunda a otra.
Teniendo en cuenta que el argumento de la escasez de pescado te recuerda sospechosamente a la preciosa "El osito polar" (2001) y que el final es tremendamente blandengue, quizá hubiera sido mejor prescindir de esta trama, por más que los mejores momentos se alcanzan precisamente a raíz de esta. Hay unos minutos de un dramatismo casi imposible de ver en la animación actual. No obstante, ya que ese es hasta el título de la película, interesa más profundizar en la portentosa habilidad de nuestro pingüino. Dejando al margen, burdos enfrentamientos con los líderes del poblado y la crítica fácil a las ideas religiosas, ni siquiera Miller atina a la hora de tratar esa diferencia. Porque, ahí está la clave, la diferencia no nos interesa sino ser todos iguales. Qué gran error (SPOILER).
Teniendo en cuenta que el argumento de la escasez de pescado te recuerda sospechosamente a la preciosa "El osito polar" (2001) y que el final es tremendamente blandengue, quizá hubiera sido mejor prescindir de esta trama, por más que los mejores momentos se alcanzan precisamente a raíz de esta. Hay unos minutos de un dramatismo casi imposible de ver en la animación actual. No obstante, ya que ese es hasta el título de la película, interesa más profundizar en la portentosa habilidad de nuestro pingüino. Dejando al margen, burdos enfrentamientos con los líderes del poblado y la crítica fácil a las ideas religiosas, ni siquiera Miller atina a la hora de tratar esa diferencia. Porque, ahí está la clave, la diferencia no nos interesa sino ser todos iguales. Qué gran error (SPOILER).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ese final en el que todos bailan revela la errónea enseñanza de "Happy Feet". Todos tienen que ser iguales, o sea, todos tienen que bailar. No se trata de defender la excepcionalidad, lo diferente o lo raro cosa que pasaría si Mumble fuera el único que tuviera esa capacidad. Pero si esto fuera así surgiría el temor a una superioridad del bailarín y por lo tanto, una nueva desigualdad: los que saben bailar frente a los que no. Por lo tanto, todos iguales. Que cruz con la igualdad, que cruz.