La presente película tiene un formato algo extraño y casi sin exagerar, como que parece una de Steven Seagal. Pero no, entre otras cosas porque el protagonista es Keanu Reeves en el papel de un científico que si no llega a loco sí es un tanto obsesivo. En cualquier caso "Réplicas" abraza la ciencia ficción para un argumento que se inspira en multitud de títulos del género que ahora mismo por pereza no me apetece enumerar. Lo importante es que tiene buenas bazas con la clonación, la inteligencia artificial, la vida después de la muerte, la memoria genética, la identidad y los postulados éticos que se derivan de estos temas. Así que al menos llama la atención.

Sin embargo, "Réplicas" va un poco como un barco a la deriva. Lo malo no son tanto los agujeros en el guión o las incoherencias, que no hay muchos, sino la incapacidad de precisar el desarrollo de la película. El guión no sabe por dónde tirar y mezcla el thriller con el drama, la ciencia ficción médica con la acción. Amaga por un lado y sale por el otro pero no convence. Otro punto negativo es que es demasiado farragosa y dialogada, con sus constantes explicaciones pseudocientíficas que ralentizan la trama. Lo mejor, el dilema moral que plantea. Si tuvieras, como aquí, que dejar morir a un hijo, a la hija o a tu mujer, ¿a quién deberíamos sacrificar? Yo creo que al muchacho.