Tras Chuck Norris en "Desaparecido en Combate" (1984), volvemos a la denuncia sobre los prisioneros de guerra existentes en Vietnam. Se ve que estaba en el ambiente, ya se sabe por eso de la "reacción conservadora" de la época de Reagan, que en realidad no era ni una cosa ni la otra. El caso es que como si fuera una pieza más de la Guerra Fría, Rambo (Sylvester Stallone) cambia el presidio tras su anterior aventura autóctona por el sudeste asiático comunista, aunque se rodara en México, con la misión de localizar a soldados norteamericanos retenidos aún en campos de concentración vietnamitas, y obtener fotografías que demuestren al mundo su cautiverio y el horror comunista. Claro que las cosas no serán tan sencillas como parece. Porque hay enemigos fuera de casa y también dentro.

Aunque la película es puramente de acción, no olvida por completo el drama latente en la "Acorralado" original. Desde luego es más liviana, política y hasta romántica pero no la veo inferior a la de 1982 por más que la crucificaran con cuatro Razzies, incluso a peor película. En realidad, tiene calidad, lo que se nota en su fotografía, banda sonora o incluso en el guión, que no es malo. La película es espectacular y flipante, en plan videojuego, con esas flechas con bombitas o ese combate contra un helicóptero o un avión, con un Rambo que tiene carisma, energía y encima, una buena causa para luchar. No me extraña que arrasara hasta convertirse en la número tres en las taquillas de todo el mundo en 1985, sólo por detrás de "Rocky IV" y la imbatible "Regreso al futuro". Por cierto, vaya trío más comercial.