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Voto de Sandro Fiorito:
8
Acción. Drama Nascimento (Wagner Moura) se enfrenta a las milicias, un nuevo problema que ha plagado a Río de Janeiro. No tarda en tener enfrentamientos con el sistema que controla el estado, el equilibrio entre el reto de pacificar la ciudad y hacerse cargo de Rafael (Peter Van Held), su hijo adolescente, y Rosane (Maria Ribeiro), su ex esposa. A su lado cuenta con el apoyo de Matías (André Ramiro), elegido para sustituirle en el BOPE. (FILMAFFINITY) [+]
6 de abril de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el talento se lleva grabado a fuego en el interior, los frutos del éxito maduran por la simple inercia de la calidad con la que se desarrolla un trabajo. Así lo demostró -y en esta secuela repite- José Padilha con su aclamada primera entrega de “Tropa de Élite” (2007), en la que se narran no sólo las difíciles experiencias a las que se enfrenta diariamente el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE) de las fuerzas de seguridad brasileñas (peligrosas incursiones, redadas, operaciones paramilitares…), sino que también se transmite el clima de corrupción que envuelve a diversos cuerpos de policía, y el nivel de delincuencia (el de una “ciudad sin ley”) que se llega a respirar entre las cochambrosas ‘favelas’. En “Tropa de Élite 2” y como bien define su título original, “ahora el enemigo es otro”, y éste se encuentra atrapado por la tela de araña política que se extiende por la historia hasta cobrar un protagonismo superior al que obtuvo en la anterior película.

Ahora, los fusiles semiautomáticos FAL, aunque sigan siendo de vital importancia, ceden más terreno al trabajo de despacho, que es el lugar desde el que se puede asegurar todo el trabajo que el BOPE ha realizado hasta el momento en beneficio de la seguridad civil y contra la corrupción. Pero también es el lugar desde el que se pretende destruirlo, y desde el cual cientos de cargos políticos y policiales estudian la manera de sacar provecho de su autoridad en beneficio propio. Todo esto se ofrece con un realismo descarnado exento de melodramas y repleto de imágenes contundentes en las que se expresa el magnífico guión escrito por el propio José Padilha. Ninguna palabra es gratuita. Ninguna acción se realiza por querer buscar espectacularidad. Todo está desarrollado como una operación del BOPE: milimétricamente. Gracias a esto se consigue que la película mantenga el mismo nivel de fortaleza, interés y calidad durante toda su duración, transmitiendo al espectador una historia que, aunque ficticia, muestra con acierto muchos de los aspectos sociales y políticos de la realidad brasileña.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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