El director nos presenta un argumento cuanto menos extraño: "tenemos los cadáveres, tenemos al asesino, solo tiene que averiguar por qué; lo importante no es el resultado si no el procedimiento".

Estas son las premisas sobre las que la soldado Sophie, de la NNSC, tendrá que investigar el curioso asesinato de dos soldados norcoreanos a manos de un soldado surcoreano en la JSA (Joint Security Area, Área de Seguridad Compartida, alrededor de la frotera entre las dos Coreas) que podría desembocar en una guerra si no es llevado con cautela. Pronto se descubre que nada es lo que parece bajo el estricto manto militar que lo envuelve todo y se pasa del genero detectivesco clásico a la comedia o el drama, a través de los recuerdos de los soldados implicados en el asesinato.

Una oda a la reconciliación entre dos países hermanos, que rompió las taquillas en Corea del Sur; una denuncia de la "farsa", del estado de guerra continuo que le ha tocado vivir a millones de personas y que tiene uno de los mejores finales que he visto en una película.