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Voto de claquetabitacora:
7
6,9
6.531
Western
Narra el asalto a un tren por parte de unos bandidos. Escrita y dirigida por Edwin S. Porter, a quien se le atribuye en ocasiones la paternidad del cine de ficción, Porter trabajó en el estudio de Thomas Alva Edison, creando la que sería la primera película estadounidense importante. De 8 minutos de duración, "Asalto y robo de un tren" influyó de forma decisiva en el desarrollo del cine porque incluía innovaciones como el género ... [+]
11 de noviembre de 2017
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Con apenas 12 minutos de metraje, el cortometraje se acabó convirtiendo en uno de los más exitosos de la época e instauraría un lenguaje cinematográfico muy concreto para el cine del oeste, pilar inconmensurable del séptimo arte. Aparte de instaurar unos tics reconocibles e imitados en un sinfín de títulos posteriores. “Asalto y robo de un tren” está considerado por la mayoría de historiadores cinematográficos, con razón y por derecho propio, como el primer western de la historia del cine y el que daría inicio a un género en sí mismo, convirtiéndose en uno de los más consagrados de la meca hollywoodiense y un patrimonio nacional de los Estados Unidos exportable, lógicamente, a otros territorios del ancho mundo.
El cortometraje de Edwin S. Porter es una clase magistral en cuanto a montaje, exposición y narrativa. Hablamos de casi los comienzos del celuloide, cuando todo estaba por explorar, por hacer y por ofrecer. Si uno lo analiza fríamente podrá llegar a la conclusión de que en sí mismo es una concatenación de escenas sueltas, expuestas en escenarios fijos, como si de una obra teatral se tratase, añadiéndole algún momento que otro puntual rodado en exteriores para darle cierto toque natural. Aún así, gracias a la magia del montaje, el equipo técnico consigue que toda la pieza tenga una homogeneidad bastante lógica en base a la época en la que está rodada, consiguiendo de esta forma la coherencia narrativa que necesita el filme en cuestión.
Entrando en materia, estamos ante el clásico ataque de bandidos que asaltan un tren robando su contenido a punta de pistola. Tenemos disparos, secuestros, robos, tiroteos, emboscadas y un sinfín de situaciones emplazadas en el mundo del western que son por sí mismos los elementos necesarios y patentes para que sea reconocible desde el primer segundo. Claro, el propio género ha tenido tantos títulos, tantas reformulaciones sobre el mismo eje, tantas y tantas obras de distinto pelaje que por desgracia, durante tantos años, acabó engulléndose a sí mismo. Pero cuando te convierten en el pistoletazo de salida, en el punto de partida, acabas transformándote en un clásico por derecho propio y uno de los títulos más impactantes, sobre todo para la época debido (y gracias) a una sola escena de apenas 5 segundos pero clave dentro del propio cine.
El cortometraje de Edwin S. Porter es una clase magistral en cuanto a montaje, exposición y narrativa. Hablamos de casi los comienzos del celuloide, cuando todo estaba por explorar, por hacer y por ofrecer. Si uno lo analiza fríamente podrá llegar a la conclusión de que en sí mismo es una concatenación de escenas sueltas, expuestas en escenarios fijos, como si de una obra teatral se tratase, añadiéndole algún momento que otro puntual rodado en exteriores para darle cierto toque natural. Aún así, gracias a la magia del montaje, el equipo técnico consigue que toda la pieza tenga una homogeneidad bastante lógica en base a la época en la que está rodada, consiguiendo de esta forma la coherencia narrativa que necesita el filme en cuestión.
Entrando en materia, estamos ante el clásico ataque de bandidos que asaltan un tren robando su contenido a punta de pistola. Tenemos disparos, secuestros, robos, tiroteos, emboscadas y un sinfín de situaciones emplazadas en el mundo del western que son por sí mismos los elementos necesarios y patentes para que sea reconocible desde el primer segundo. Claro, el propio género ha tenido tantos títulos, tantas reformulaciones sobre el mismo eje, tantas y tantas obras de distinto pelaje que por desgracia, durante tantos años, acabó engulléndose a sí mismo. Pero cuando te convierten en el pistoletazo de salida, en el punto de partida, acabas transformándote en un clásico por derecho propio y uno de los títulos más impactantes, sobre todo para la época debido (y gracias) a una sola escena de apenas 5 segundos pero clave dentro del propio cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es aquella donde uno de los forajidos, revólver en mano, nos mira, apunta directamente a cámara y vacía el tambor disparando contra la persona que tiene delante, en este caso nosotros, los espectadores convirtiéndonos automáticamente en víctimas y en primera persona.
Más allá de si la escena es adecuada, acertada o si tiene continuidad con todo lo que ha sucedido previamente (la escena anterior da a entender que todos los forajidos han muertos a tiros), sí se puede llegar a la conclusión que de esta forma se está jugando con la confusión pues en ningún momento deja claro si del grupo de esbirros queda alguien con vida y si esta escena en concreto tiene relación con lo acontecido previamente. Incluso a día de hoy, cinematográficamente hablando, es sorprendente por una sencilla razón: manipula, experimente y trastoca el sentimiento primigenio al vernos indefensos ante un ataque de tal calibre. Tal fue la repercusión de dicha escena que fue tachada de dudoso gusto pues, según los críticos de la época, provocaba un malestar general entre el público al sentirse atacado directamente.
greattrainrobbery
Lógicamente, hay que entender un elemento de base y no es otro que el cine, la moralidad y las emociones implícitas de ahora están en las antípodas de los comienzos del cine y el cine era un acontecimiento completamente distinto a como lo entendemos nosotros ahora. Se entendía que lo que acontecía en pantalla era algo real o como mínimo algo que podía suceder y si una persona te apuntaba con una pistola posiblemente recibirías el disparo. Como suele decirse, la magia del cine. Pero dejando a un lado todo este asunto se puede llegar a la conclusión de que la escena sigue manteniendo la fuerza visual que seguramente tuvo en su momento. Un alarde de originalidad y toda una proeza arriesgada pues en principio esa toma, según el director, no estaba prevista que se colocase en ese minuto del metraje sino que se dejó a decisión propia de los montadores. El resultado, contra todo pronóstico, no pudo ser más acertado y sobre todo más efectista.
“Asalto y robo de un tren” puede que no contenga una historia perfecta pues algunos planos, a pesar de su escueto metraje, resultan bastante largos, aparte de contar con algún fallo que otro típico de la época y muy recurrente en el cine silente como por ejemplo cierto amaneramiento teatral en alguna actuación o el empleo de un pelele de trapo a modo de víctima atacada que ahora resulta hasta jocoso (más por el resultado que por el elemento en sí). Aunque en honor a la verdad el cambio de racord al golpear la cabeza sigue siendo impactante. Dejando a un lado gajes del oficio, se puede llegar a la conclusión de que esta pequeña pieza sirve perfectamente como ejemplo de efectismo, alarde de progreso cinematográfico y sobre todo de ser el botón de muestra para el género convirtiéndose en título referencial, de formato excelente y resultado a tener en cuenta. Nunca un disparo a cámara tuvo tanta repercusión futura.
https://claquetadebitacora.wordpress.com/2017/11/11/critica-asalto-y-robo-de-un-tren-edwin-s-porter-1903-los-origenes-del-western/
Más allá de si la escena es adecuada, acertada o si tiene continuidad con todo lo que ha sucedido previamente (la escena anterior da a entender que todos los forajidos han muertos a tiros), sí se puede llegar a la conclusión que de esta forma se está jugando con la confusión pues en ningún momento deja claro si del grupo de esbirros queda alguien con vida y si esta escena en concreto tiene relación con lo acontecido previamente. Incluso a día de hoy, cinematográficamente hablando, es sorprendente por una sencilla razón: manipula, experimente y trastoca el sentimiento primigenio al vernos indefensos ante un ataque de tal calibre. Tal fue la repercusión de dicha escena que fue tachada de dudoso gusto pues, según los críticos de la época, provocaba un malestar general entre el público al sentirse atacado directamente.
greattrainrobbery
Lógicamente, hay que entender un elemento de base y no es otro que el cine, la moralidad y las emociones implícitas de ahora están en las antípodas de los comienzos del cine y el cine era un acontecimiento completamente distinto a como lo entendemos nosotros ahora. Se entendía que lo que acontecía en pantalla era algo real o como mínimo algo que podía suceder y si una persona te apuntaba con una pistola posiblemente recibirías el disparo. Como suele decirse, la magia del cine. Pero dejando a un lado todo este asunto se puede llegar a la conclusión de que la escena sigue manteniendo la fuerza visual que seguramente tuvo en su momento. Un alarde de originalidad y toda una proeza arriesgada pues en principio esa toma, según el director, no estaba prevista que se colocase en ese minuto del metraje sino que se dejó a decisión propia de los montadores. El resultado, contra todo pronóstico, no pudo ser más acertado y sobre todo más efectista.
“Asalto y robo de un tren” puede que no contenga una historia perfecta pues algunos planos, a pesar de su escueto metraje, resultan bastante largos, aparte de contar con algún fallo que otro típico de la época y muy recurrente en el cine silente como por ejemplo cierto amaneramiento teatral en alguna actuación o el empleo de un pelele de trapo a modo de víctima atacada que ahora resulta hasta jocoso (más por el resultado que por el elemento en sí). Aunque en honor a la verdad el cambio de racord al golpear la cabeza sigue siendo impactante. Dejando a un lado gajes del oficio, se puede llegar a la conclusión de que esta pequeña pieza sirve perfectamente como ejemplo de efectismo, alarde de progreso cinematográfico y sobre todo de ser el botón de muestra para el género convirtiéndose en título referencial, de formato excelente y resultado a tener en cuenta. Nunca un disparo a cámara tuvo tanta repercusión futura.
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