Sólo hay una cosa que odio más que el rebaño de críticos alabando cualquier tontería que escribe Woody Allen como si de ovejitas se tratase, y eso es la pretenciosidad de estrella que se da Scarlett Johansson. Nunca he visto que a una actriz tan mediocre se le preste tanta atención, se pare la camara con ella, se mueva, se peine y fume como si de la mismisima Lauren Bacall o Ava Gardner se tratase. ¿Creen que esta pretenciosidad de glamour y sensualidad se la cree alguien?. Los aires de estrella de esta actriz, y sobre todo la connivencia de Woody Allen tanto en esta película como en 'Vicky Cristina Barcelona' solo evidencian la grave decadencia del cine angloamericano de principios de siglo. Sinceramente, el guión esta cuidado, aunque quizá demasiado previsible. Este director parece muy intelectual y bohemio cuando saca planos y escenas de la ópera o el parlamento de Londres o imágenes del Támesis, pero al igual que en 'Vicky Cristina Barcelona' solo es una representación superficial y pseudointelectual de la cultura de dos ciudades. No me convences Woody, si esta película la hace otro, igual no hay tanta alabanza.