Estamos ante una copia indisimulada de 'Alien, el octavo pasajero' en el que iban con todo a por el éxito. Es decir, en el reparto hay nombres como Peter Weller, Richard Crenna, Daniel Stern, Hector Elizondo o Meg Foster y si el público conoce más o menos de que palo han ido sus carreras se ve que mindundis no son; Jerry Goldsmith en la banda sonora (compositor de 'Alien, el octavo pasajero', ¡oh sorpresa! No se podía saber la referencia) que de componer entiende un buen rato; Stan Winston involucrado en los efectos especiales o Ron Cobb como diseñador de producción cuyo currículum tampoco es poca cosa.

¿Dónde está el problema? El problema está en que por muchos nombres prestigiosos que estén metidos, si falla alguna pata importante el castillo de naipes se vendrá abajo casi con total seguridad. Aquí pasa porque ya lo menciono al principio de esta reseña, es una copia indisimulada de 'Alien, el octavo pasajero' y coge también de otras producciones míticas de los 80 que no diré para no dar muchas ideas, pero que saltan a la vista en cuanto se ve el filme. Y ojo al dato que uno de los autores del libreto era nada más y nada menos que David Webb Peoples ('Blade Runner', 'Sin perdón').

A pesar de todo, la cinta sigue siendo salvable. Salvable por los pelos, pero salvable. El elenco realmente se toman medianamente en serio sus papeles y no interpretan con el piloto automático puesto, cosa que es de agradecer, aunque estoy seguro de que les gustaría que les recordasen por otros proyectos. También se escucha una banda sonora obra de Goldsmith decente que ayuda a que se digiera mejor este Alien de Hacendado y los escenarios dan bien el pego. Si se hubiese puesto el mismo interés cuando el guion se estaba escribiendo, seguramente mis palabras serían otras y mi nota sería diferente.

Hay cintas de ciencia-ficción peores, pero también mejores. Esta ha sido una experiencia con el que tampoco estoy sorprendido del resultado pues sabía donde me iba a meter. Que lo vaya a ver más de una vez pues seguramente no.