Va a sonar terriblemente narcisista, pero me considero una persona que realmente busca darle una oportunidad a todo tipo de cine sin diferenciar por países, años o géneros. Sin faltar a la verdad, me falta bastante por ver porque aún el cine estadounidense (y, en menor medida, el español y del resto de Europa) sigue teniendo peso, pero de vez en cuando surge esa llama. Lamentablemente, una de las personalidades del cine fuera del país de las barras y estrellas a las que voy a tener que agregar una alarma de peligro es Jean-Pierre Jeunet. No hay película que haya visto de su autoría con la que haya conectado.

'Alien: Resurrección' desde luego que me parece un atentado contra la franquicia que más adoro de todas las que he visto. No conecté con el estilo que el francés quiso imprimir a la cinta ni a la concepción de Ripley pasada de chulería, aunque esto no es culpa suya y sí del guion de Joss Whedon. Con 'La ciudad de los niños perdidos' tuve un visionado recientemente y pasó la prueba del algodón por los pelos porque se le veía un potencial no del todo aprovechado y 'Amelie' fue la única con la que un día debería revisarla ya que la vi hace la tira de años y mi percepción quizás haya cambiado. Eso sí, tampoco me volvió loco en su momento.

Hoy tocó una nueva oportunidad al cine de Jeunet con 'Delicatessen' y habrá que comprar otro enchufe porque sigo sin conectar. Visualmente es un filme elogiable, sobre todo con las tomas del edificio en exteriores que muestra una pincelada de la época de penurias que pasan los personajes. No hay duda de que el cine de Jeunet entra mucho por los ojos, no hay película que haya visto con su firma que no haya destacado en este aspecto; por el contrario, en el tema narrativo es otra cosa. Debe ser que no tengo el mismo sentido del humor que Jeunet, Marc Caro y Gilles Adrien (autores del libreto), pero más allá de parecerme comedia negra ingeniosa me ha parecido rayando la indiferencia la mayoría de situaciones, salvo quizás las que tenían que ver con el carnicero.

Pocas esperanzas debo tener ya en el trabajo de Jean-Pierre Jeunet, un realizador al que no tomé ojeriza con su aberración de aportación al universo Alien porque un fallo lo puede tener cualquiera. Cuando los tropiezos, o aprobados raspados, ya se cuentan con más es cuando hay que andarse con pies de plomo. No es descartable que un día surja el milagro y me encante un largometraje suyo; pero si con dos de sus películas más recordadas como esta y 'La ciudad de los niños perdidos' tuerzo el gesto, poco margen de error hay ya.