Los ochenta fueron una época curiosa. Yo apenas era un niño por esa época y recuerdo poco, pero cuando años después revisas los éxitos de aquellos años, ya sean musicales, artísticos o cinematográficos, no deja uno de sorprenderse. ¿Pero qué pasó en aquella época? Quizá un virus de la tontez supina se extendió entre la población del planeta con especial efecto entre músicos y cineastas, digo yo. A los fantasmones pegamoides estos me los puedo imaginar al lado de Ramoncín en plena movida madrileña y no desentonarían nada. Vaya tontada de película... y mira que es pegadiza la dichosa cancioncilla.