Estimable producción británica basada en una historia real que narra el asedio de millares de zulúes a un destacamento inglés de soldados en la Sudáfrica de finales del siglo XIX.

La película se centra en el acto de heroísmo de los ingleses que lucharon contra un enemigo abrumadoramente superior en número. Muestra las modernas tácticas de guerra en caso de asedio y defensa de una posición y como espectáculo bélico resulta aleccionadora y entretenida.

Sobresale un debutante Michael Caine, que no tardaría en convertirse en una estrella después de este papel, una banda sonora como siempre a la altura de las circunstancias a cargo de un John Barry en su mejor momento y una esplendorosa fotografía a la hora de retratar las secuencias de batallas con los grandes desplazamientos de guerreros zulúes captados con todo detalle.

Durante la lucha asistimos a los momentos de flaqueza y cansancio de la tropa que no obstante y a pesar de los temores iniciales consigue sobreponerse y seguir luchando contra un enemigo que parece infinito.

A finales de los setenta se filmó una precuela cuyo guionista fue el mismo que la que nos ocupa y a mediados de los ochenta una miniserie que trataba el mismo tema centrándose en la figura del líder zulú Shaka.