Amador sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio.
Al regresar a casa, en una aldea de la Galicia rural, vuelve a convivir con los vecinos, su madre y una naturaleza mágica.

No busca juzgar a nadie ni al pirómano ni a los vecinos, todo entre gestos y silencios que aportan mucho.
Notable el papel de los actores, no profesionales que casan muy bien en sus papeles, aportando credibilidad.

El final, con ese nuevo percance, desvela todo lo que esos silencios escondían, un final muy bueno, para una película social, de lo mejor del cine español en este genero en los últimos años.
Un cine de autor muy personal, entre la ficción y la realidad.

Lo mejor: Fotografía y actores.
Lo peor: Mucho más valorada fuera de España, donde paso por los cines con escaso tiempo y promoción.

Ganadora en el Festival de Cannes del Premio del jurado Un Certain Regard.
Mejor película y guion en el Festival de Mar del Plata