El recientemente fallecido pero siempre recordado William Friedkin hizo muchas cosas bien, pero sin duda su obra magna fue El Exorcista en 1973, catalogada como la mejor película de terror de la historia esta cinta ha sido replicada, copiada, inspirada incontables veces, el impacto que causó (y sigue haciéndolo) está a la par de otras películas como Tiburón, Star Wars, Los siete samurais o Matar a un ruiseñor, de ese nivel estamos hablando. Por lo tanto hay que ser muy respetuoso y tener mucha mano izquierda para meterse en un proyecto de esta envergadura. Y ya no hablo de un fandom tóxico que va a quemar tu trabajo hagas lo que hagas, me refiero a que has de tener las ideas muy claras para atreverte a ponerte a la altura de semejante obra. ¿El Exorcista: Creyente lo consigue? La respuesta corta es no. La larga a continuación.

Angela y Katherine son dos amigas que tras la escuela se van al bosque para intentar contactar con la madre fallecida de una de ellas. Después de estar unos días desaparecidas son halladas sin saber qué ha pasado en todo este tiempo. Pero al poco empezarán a sentir que se han traído algo más dentro de ellas.

La principal novedad de esta cinta es que pasa de una poseída a ser dos. Y ya estaría. El desarrollo de la trama, la imaginación en sus escenas, el carisma de los personajes... nada hay que le haga la mínima sombra a la historia original, de hecho con cambiar un par de detalles y suprimir el nombre de El Exorcista del título tal vez la película fuera un poco más digerible. Como no es el caso pues es inevitable compararla constantemente con la original, y poco tiene que hacer al respecto. Son los mismos sustos trillados de siempre, repletos de scare jumps constantes y vulgares, puedes intercambiar las escenas de terror basadas en una persona poseída con fantasmas, demonios o monstruos y te saldría lo mismo. Hay tan pocas ideas, tan poca imaginación y una falta alarmante de recursos que a la media hora de empezar ya ves que es un producto fallido. Sin incurrir en los spoilers la resolución de la trama es tan plana que si suprimiéramos la presencia del propio exorcista la resolución sería exactamente la misma. Y ya que hablamos de esto, es difícil competir con Max Von Sidow o Jason Miller en lo que a peso de personaje se refiere, pero es que en El Exorcista: Creyente ni siquiera lo intentan presentando unas opciones como poco lamentables.

David Gordon Green no es un novato en relanzar sagas, ya lo hizo con la última trilogía de Halloween, empezándola de manera digna y acabándola de manera lamentable. Pero pienso que en este proyecto le ha venido muy grande. Donde en la original había atmósfera, oscuridad y la sensación en el espectador de que estaba en el mismísimo infierno aquí hay bocinazos, gritos, y lo mismo de siempre, de terror psicológico ni hay ni se le espera y de escenas memorables ya ni hablemos. No por nada a la original se la sigue venerando tras 50 años y de ésta yo pienso que no se acordará nadie el año que viene. Han intentado replicar la táctica de recuperar reparto, y si con Jamie Lee Curtis les salió bien, principalmente porque la historia más o menos giraba alrededor suyo, en este caso han traído de vuelta a Ellen Burstyn que aunque mítica su paso por esta película es testimonial, inocuo y totalmente prescindible. En cuanto al reparto voy a destacar únicamente a la debutante Olivia Marcum como una de las dos poseídas. Gran trabajo por su parte.

El Exorcista: Creyente tiene más de táctica comercial que de nueva propuesta cinematográfica. Todos sabemos que la nostalgia vende pero tenemos que subir un poco el listón o productos como este serán lo único que tendremos. Estamos cerca pero todavía queda esperanza.

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