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España España · Madrid
Voto de jokinr:
9
Drama El Jaibo es un adolescente que escapa de un correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, el Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y el Jaibo estarán trágicamente unidos. (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
(“Viendo Augusto en Roma a unos extranjeros ricos que mientras paseaban llevaban en brazos y acariciaban crías de perros y de monos, preguntó, según parece, si en su país las mujeres no daban a luz, reprendiendo así de modo verdaderamente imperial a quienes dilapidan con animales la inclinación natural al amor y al cariño que hay en nosotros, en lugar de consumirla con los hombres, como es debido”. Plutarco: Vidas paralelas. Pericles).
Una de las cualidades de que dota Buñuel a sus películas es la de repelente de biempensantes de toda laya. Lo que quizá no pudo prever Buñuel a la hora de rodar ‘Tierra sin pan’ o ‘Los olvidados’ es que se convertiría en el azote de los cada vez más en boga animalistas: la cantidad de bichos de toda especie que mueren ante la cámara del señor Portolés es realmente abrumadora, lo que para mi solaz provoca el repudio de toda esa espeluznante y reciente ralea urbana que tiene como principal bandera el amor a las bestias (aunque no a las de toda clase y condición, si no sólo a aquellas que protagonizan las películas de Disney); amor que suele ir acompañado de un desdén displicente hacia las cuitas del ser humano. Arañas, cabras y en este filme gallinas (como aquella vaca en “Apocalypse Now”) son muertas por los personajes de las cintas del aragonés. La muerte en directo y nunca mejor dicho. ¿Qué más puede ofrecer un cineasta?, ¿qué más, sino un repelente de estos nuevos reaccionarios biempensantes que atrincheran su indiferencia hacia el sufrimiento del ser humano humillado y ofendido por los poderosos propietarios de este mundo tras su presunto amor a la animalidad? Porque de aquello es de lo que suele tratar el cine de Buñuel: de liberación humana, ya sea material o ideológica, algo que a los animalistas no suele interesar demasiado, algo de que los animalistas se “olvidan”; puesto que ¿quién olvida a estos “olvidados” del filme sino, entre muchos otros, esas gentes de gran corazón que no tienen tiempo más que para ocuparse de perritos, gatitos y demás especies de dos, cuatro o más patas?
Y no es que el amor a los animales y el amor al ser humano sean teóricamente incompatibles, pero en una coyuntura histórica en que los movimientos liberadores agonizan, el animalismo ha sido convertido por el poder burgués en una estrategia más de diversión a la que se adhieren bandadas de náufragos de aquellas hundidas naves que surcaban los foscos mares en busca de auroras nuevas.
Un hurra, pues, por Luis Buñuel.
jokinr
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