Lo que arde es un cine diferente. Es un milagro que en la era Netflix podamos disfrutar de piezas como ésta. Personalmente me cuesta entrar en el lenguaje visual que plantea el film. Es un ritmo que parece no importarle el tiempo. Son encuadres que parecen no buscar estética. Una estructura aparentemente sin intención narrativa. No hay un actores conocidos, no hay efectos especiales, el uso de la música es naturalista. Obviamente Lo que arde no es para todos los paladares.

A pesar de ello, o precisamente por eso, el film te llega tocando otras teclas. La emoción, la belleza visual (de la naturaleza o del fuego destructivo) funcionan a otro nivel. pero calan, contagian, transmiten un determinado sentimiento, un estado de ánimo. Es como poesía audiovisual frente a la novela o relatos cortos a los que estamos habituados.

Lo que arde es un cine diferente. Pero un cine al que merece la pena darle una oportunidad.