Esta excelente y durísima película es el primer y único film rodado por Dalton Trumbo, basada en una novela propia: Johnny cogió su fusil, inmejorable ejemplo antibelicista. El argumento trata de un joven soldado, herido muy gravemente a causa de una explosión en un bombardeo, en una misión que curiosamente trataba de dar dignidad a la muerte de un soldado alemán del bando contrario. La historia está contada en primera persona, los espectadores entramos en la mente del protagonista, y vivimos la angustia que él vive, a través de sus reflexiones y sus ensoñaciones.

La película se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas, que se van alternando en el montaje mediante flash back:
-La parte en blanco y negro; que representa la cruda realidad, el pobre Joe, los fríos médicos y enfermeras que lo cuidan, y una triste habitación. Lo único que no es lúgubre es la bendita ventana del cuarto, y una enfermera no menos bendita, que trata al joven soldado como una persona.
-La parte en color; donde se representan los recuerdos y los sueños del protagonista, provocados por las drogas administradas por los médicos, para los espasmos según ellos. Aquí descubrimos como era la vida de Joe antes de la guerra.

La parte en color, como muchos compañeros señalan, no alcanza la excelencia de la primera, es cierto que pierde intensidad, pero es totalmente imprescindible, no solo para humanizar al soldado herido, sino también para dar un respiro necesario para poder digerir las escenas en blanco y negro. Sin esta, la historia sería tan macabra y asfixiante que no tendría sentido.