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Voto de Sergio Berbel:
4
Drama Durante el invierno de 1968, treinta años después del estreno de 'El mago de Oz', la leyenda Judy Garland llega a Londres para dar una serie de conciertos. Las entradas se agotan en cuestión de días a pesar de haber visto su voz y su fuerza mermadas. Mientras Judy se prepara para subir al escenario, regresan los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood. A sus 47 años, la cantante se enfrenta a las inseguridades que ... [+]
21 de julio de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que te salga un biopic bueno se parece tanto a un trébol de cuatro hojas como que te salga una de terror de calidad. Puede ocurrir, pero difícil se lo pones al destino. Por supuesto, “Judy” me ha parecido un auténtico chasco palomitero hagiográfico, una película de molde hecha por ordenador con sus golpes de efecto medidos, su momento de llorar telegrafiado y sus hitos musicales matemáticamente diseminados a lo largo de su metraje. O sea, más de lo mismo de la misma forma y para contar lo mismo de siempre. Y encima con una omnipresencia de Renée Zellweger, lo cual nunca suele ser una buena noticia.

Rupert Goold tiene buenas intenciones, trata de contarnos el ocaso de la figura de Judy Garland, sus últimos años erráticos, caóticos y dramáticos, entre el alcohol, las drogas, la depresión, la desesperación y el desengaño. Pero el edificio no se sostiene en ningún momento porque jamás aporta nada novedoso, y sobre todo porque olvida contar los motivos por los que Judy Garland fue durante sus últimos años un auténtico despojo de quien otrora fuera Princesa del Mundo. En ningún momento se nos narra qué y quiénes la llevaron a esa situación, tan sólo resuelta en la película con algunas pinceladas en forma de flashback sobre su infancia (por cierto, el plano secuencia el rodaje de “El mago de Oz” con el que arranca la película es lo mejor que ofrece la misma, piensas que ese va a ser el nivel y no nos van a colar lo de siempre, pero error: nos colaron lo de siempre). Sin duda, las escasas pinceladas sobre su infancia es lo mejor de la película.

Cuando se acerca el final de la cinta, quieres creer que no va a cerrarse con el “Over the rainbow”, que no van a ser tan groseros en su previsibilidad, pero sí, es lo que hay, justo ocurre eso y justo por eso me resulta insalvable.

Y luego está el temerario casting: entregar una película con todo el brillo presupuestario en manos de Renée Zellweger es un atrevimiento que se suele pagar caro. Es el caso. Siendo de lejos su mejor interpretación, me resulta en todo momento excesiva, falsa, poco creíble, superficial, llena de tics, la mera interpretación de una alcohólica cualquiera, no de la torturada Judy Garland.

Película frustrada, no transmite en ningún momento la profundidad del naufragio de uno de los grandes mitos de Hollywood, otro juguete roto tirado a la basura por el capitalismo de los grandes estudios cuando dejó de ser una mina de oro, una niña torturada vilmente desde los dos años con la única finalidad de hacer dinero fácil con su voz… Todo eso está pero no está en la película, siempre preocupada de no ofender a nada ni a nadie.

Por cierto, nada se trata en la película sobre su tormentosa relación con Vincente Minnelli, quien realmente la acabó desquiciando y sobre la que la película corre un tupido velo vergonzosamente. Sinceramente, Judy Garland hubiera merecido algo mucho mejor.
Sergio Berbel
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