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Voto de Sergio Berbel:
6
Thriller. Intriga Ha pasado ya un tiempo desde que la inspectora Amaia Salazar se enfrentó a su madre. Pero a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por cerrado el caso, Amaia siente que no está libre de peligro. La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa y los análisis forenses llevan a Amaia a investigar otras muertes de origen similar que conducirán a la inspectora a la resolución final de los sucesos que han ... [+]
2 de agosto de 2020
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coincido absolutamente con la crítica, que ha resultado ser bastante unánime al respecto, y yo con ella: “Ofrenda a la tormenta” de Fernando González Molina es la mejor de la Trilogía del Baztán con diferencia. Y ello por dos cuestiones fundamentales: una de forma (esos tonos anaranjados que presiden una cinta en contraste con el gris de las anteriores y que son realmente espectaculares) y otra de fondo (en torno a la hora de metraje de esta última entrega, aparece la nieve y ocurre algo que realmente me conmociona, las únicas escenas que me emocionan sinceramente de la trilogía y de forma profunda), y es ahí cuando me reconcilio con la trilogía. Tiene que pasar una tragedia cercana y sentida para que la película cobre vida.

Porque lo demás es como en las dos anteriores, todo excesivamente acelerado y sin demasiada explicación como suele ser habitual en las adaptaciones literarias al cine, tirando de los cánones propios del noir policial, con una Marta Etura sublime sobre la que se sustenta en exclusividad todo lo que vale la pena de la trilogía, y con un conjunto de secundarios siempre solventes, especialmente Leonardo Sbaraglia (una pena que Susi Sánchez sea menos importante en esta última entrega, porque ella también deja su sello indeleble en la trilogía).

Pero la decisión estilística de colar entre lluvia y lluvia los casi perpetuos tonos anaranjados de esta entrega postrera de la trilogía es soberbia, y eleva la calidad de la dirección de fotografía muchísimos enteros, casi que estrenando un nuevo concepto estético de la misma en su última oportunidad.

Y luego está todo lo que desencadena la llegada de la nieve (preciosa metáfora que anuncia lo que viene) y que al fin hace que un evento de los cientos que ocurren en esta atropellada historia cale de verdad en el corazón del espectador y se lo destroce. Es cuando Marta Etura sufre de verdad y la película se toma su tiempo para mostrar su dolor (al fin), cuando el espectáculo basado en las novelas de Dolores Redondo trasciende y se hace grande. Esos 15 minutos redimen una trilogía con tanta pena como gloria.
Sergio Berbel
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