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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Los difíciles años de la dictadura militar argentina son contemplados por Harry, un niño de diez años que lo único que desea es jugar y hacer travesuras con su hermano pequeño. Sin embargo, en 1976, cuando su familia, perseguida por la dictadura, se ve obligada a esconderse en el campo, comienza para él una nueva vida que pondrá fin a su infancia. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2023
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Hoy más que nunca, con los fascismos cabalgando por todo el planeta, hay que volver la mirada hacia las terroríficas realidades que nos enseña el pasado. Hay mucho cine y muy bueno alrededor de la dictadura argentina por parte de una cinematografía excepcional como la de ese país. Pero pocas han sido más certeras haciéndonos mirar tan terribles hechos desde la perspectiva infantil. Marcelo Piñeyro nos muestra una infancia marcada en “Kamchatka”, de esas películas que no se pueden olvidar una vez vistas.

Porque es muy difícil ser niño cuando tus padres te sacan de tu colegio y te separan de tus amigos para llevarte a una alejada casa de campo a aburrirte. Suerte que Harry, a sus 10 años, es un niño tremendamente imaginativo, tiene un hermano más pequeño con el que jugar y al que cuidar, tiene unos padres que se aman y lo aman de manera ejemplar y encuentra en esa inhóspita casa ajena un libro sobre Houdini, que no era un mago sino un escapista, como Harry repite constantemente a todo el que quiere escucharlo.

La familia se esconde para no ser asesinada por los militares fascistas. Porque estamos en la Argentina de 1976, unos días después del golpe de estado. El guión de la película, siempre contándolo todo desde el prisma infantil, firmado por el propio Piñeyro, es colosal y desgarra el corazón a través de gestos y escenas livianas y sencillas, siempre sin perder la perspectiva infantil sobre los acontecimientos adultos, un acierto narrativo que tiene ecos directos de la gran obra maestra de Carlos Saura, “Cría cuervos”.

El matrimonio perseguido por izquierdista está encarnado por Ricardo Darín y Cecilia Roth. Creo que no tengo nada más que añadir. Por supuesto, como no podría ser de otra manera, ambos están perfectos porque lo son. Los niños Matías del Pozo y Milton de la Canal igualmente resultan espléndidos otorgando un naturalismo a sus interpretaciones ciertamente sobresaliente.

Y la dirección esteticista para contar una historia terrible por parte de Marcelo Piñeyro es sencillamente magistral, apoyado por una fotografía descomunal (la escena de la tormenta es una lección magistral) de Alfredo F. Mayo. Igualmente la partitura musical de Bingen Mendizábal resulta portentosa para atrapar al espectador y mantenerle el alma en vilo de principio a fin de sus 104 minutos de metraje que pasan en un suspiro.

El título de la película procede del juego de mesa con el que padre e hijo pasan las noches de sopor que supone estar escondido de tus enemigos y de tus amigos, porque cuanto menos sepan de ti estos últimos más seguros vivirán. Así de terrible es la realidad que se plasma en esta magistral película.
Sergio Berbel
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