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Voto de Sergio Berbel:
8
Thriller Dante es un ladrón profesional que sobrevive a base de pequeños trabajos muy bien escogidos. Su nuevo objetivo es un caserón aislado y que él cree que estará vacío. Pero en esa incursión va a descubrir que no está solo en el interior de la casa. Repentinamente se encuentra de frente a una extraña pareja cuya reacción no es otra que invitarle a desayunar. (FILMAFFINITY)
19 de agosto de 2020
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Ha vuelto a ocurrir. El equipo capaz de lograr con “Para Elisa” una vuelta de tuerca al género de terror otorgándole solidez y originalidad, lo consigue igualmente por la puerta grande con el thriller de atmósfera enrarecida y algún tono terrorífico en “Rocambola”, que igualmente acaba siendo otra pieza de cámara que funciona con la precisión de un reloj suizo (de oro, en este caso).

Juanra Fernández crea un artefacto adictivo en torno al inoportuno robo de una casa de campo a través del que despliega la “Divina Comedia” de Dante (así se llama su coprotagonista, no casualmente) dividida en tres actos: Paraíso, Purgatorio e Infierno. Y créeme que cuando habla de infierno es absolutamente literal sin exageración alguna.

Pero la sorprendente cinta no quiere parar con semejante referencia en torno a la que alambicarse, sino que guarda sorpresas para el cinéfilo más exigente mediante expresos homenajes cargados de gloria a “El resplandor” de Stanley Kubrick (durante unos gozosos cinco minutos de paraíso cinéfilo en un remedo castellano del Overlook) e incluso a “La lista de Schindler” (esa forma de vestirse del protagonista ante el espejo sonando música de época está perfectamente medida e intencionalmente marcada).

Una fiesta para los sentidos y la tensión agarrados al brazo del sillón que gravita alrededor de un Juan Diego Botto perfilando uno de los malos más malos entre los malos visto en los últimos tiempos, un Jan Cornet siempre perturbador e impredecible (Almodóvar lo encasilló maravillosamente en esa ambigüedad mediante su participación histórica en “La piel que habito”) y una sufridora Sheila Ponce que es golpeada, arrastrada, colgada o disparada con una profesionalidad encomiable, sufridora nata en pantalla que merecería algún momento de descanso en alguna película para variar.

La historia, sencilla en su planteamiento pero alambicada e intensa en su desarrollo, nos cuenta la llegada a una casa presuntamente vacía de un ladrón a la búsqueda de la caja fuerte. Sin embargo, en la casa se encuentra con unos personajes bastantes más peligrosos y delincuentes que él, y la espiral de violencia comienza a girar sin remedio alrededor de la locura de Juan Diego Botto, un ser nacido sin piedad ni empatía alguna, la más peligrosa de las víctimas de robo posibles.

Todo ello repitiendo el minimalismo de medios y el derroche ambicioso de inteligencia de “Para Elisa”, su obra previa. A destacar muy especialmente la escena de arranque de la cinta, de un virtuosismo formal arrebatador a través de las calles de Cuenca y que despunta por vocación propia. Y su final, claro, porque todo infierno esconde su redención. Sin dejar atrás la impagable conversación con la cartera de Correos, un contrapunto irónicamente modélico ante la insoportable tensión de la trama.
Sergio Berbel
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