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Voto de Sergio Berbel:
10
Terror. Intriga. Fantástico Laura se instala con su familia en el orfanato en el que creció de niña. Su propósito es abrir una residencia para niños discapacitados. El ambiente del viejo caserón despierta la imaginación de su hijo, que empieza a dejarse arrastrar por la fantasía. Los juegos del niño inquietan cada vez más a Laura, que empieza a sospechar que en la casa hay algo que amenaza su familia. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No siendo J.A. Bayona uno de mis cineastas más admirados y valorados, “El orfanato”, precisamente su ópera prima, me parece su mejor película de lejos y un cuento gótico de fantasmas magistral, con un desarrollo en varias dimensiones paralelas prodigioso, además de un canto a la maternidad muy poderoso. Una película que no envejece sino que crece con cada visionado, lo cual no se puede predicar de toda su filmografía.

Sus dos grandes bazas son un prodigioso guión de Sergio G. Sánchez, donde sabe jugar en una línea paranormal y en otra realista de una manera magistral y, por supuesto, el portento visual de J.A. Bayona en la dirección. Ambas cuestiones conjuntan una cinta que supone un hito insuperable en el género de terror, que tantas y tan malas películas produce por doquier.

Esa historia de Laura, una niña que logró salir adoptada de un viejo orfanato, al que vuelve ya adulta, casada y con un hijo, para inaugurar una residencia para niños con discapacidad, en cuya fiesta de inauguración desaparece su propio hijo, es de esas que calan hasta los huesos por tratarse de una de las mejores películas de terror de este siglo.

Sobre todo triunfa en el ambiente creado alrededor del caserón protagonista, que aúna todas las constantes propias del terror gótico ambiental pero otorgándoles una vuelta de tuerca imaginativa, fresca y perfectamente actualizada. A la par no deja de ser un canto a la maternidad exquisito y emocionante. Y ambas cosas funcionan con precisión.

Además de una ambientación perfecta y varias escenas que perdurarán en los anales del cine por su impacto visual terrorífico y profundamente icónico (destacando por encima de todas el juego con los niños), hay que destacar la magistral partitura original de Fernando Velázquez y una portentosa dirección de fotografía inconmensurable de Óscar Faura.

Pero, lógicamente, para que el artefacto funcione a estos niveles siderales hay que contar con un buen elenco actoral y Bayona sabe lo que hace y a quién entrega su película: Belén Rueda, la gran actriz del terror autóctono, y a un niño con amplia y contrastada trayectoria como Roger Princep. Ellos dos son los reyes de la función, perfectamente respaldados por un plantel de secundarios de lujo entre quienes destaco la siempre maravillosa aportación de Geraldine Chaplin como una médium impagable.

Como ocurriera con “Verónica” de Paco Plaza, lo que más valoro de esta cinta es que soporta una lectura realista a la par que una paranormal y eso, en el reinado del cine de terror de la estulticia en el que vivimos, sinceramente no tiene precio.
Sergio Berbel
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