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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama. Thriller En el verano de 1960, en la desolada región de la Patagonia, un médico alemán (Alex Brendemühl) conoce a una familia argentina y se une a ellos para seguir la ruta del desierto en caravana. La familia hace renacer en él todas sus obsesiones por la pureza y la perfección. En especial Lilith, una niña casi adolescente con un cuerpo demasiado pequeño para su edad. La fascinación es mutua; en pleno despertar sexual, Lilith siente una ... [+]
5 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lucía Puenzo es una de las directoras más valientes, arriesgadas, incómodas y fascinantes que trabajan ahora mismo en el planeta (a las pruebas de “XXY” o “El niño pez” me remito). Toda película que venga firmada por ella debe captar nuestra atención e interés en verla de inmediato. “El médico alemán (Wakolda)” es una película tan perfecta como arriesgada, tan interesante como funambulista, tan bella como aterradora, tan valiente como extraordinaria.

Sólo Lucía Puenzo es capaz de narrarnos de una forma ambigua y fascinante la relación muy especial entre un Mengele escondido de sus perseguidores israelíes en un lugar recóndito de la Patagonia y una niña de 12 años bajita, a la que le cuesta crecer y que su cuerpo se desarrolle y que encuentra en el médico a algo más que un amigo dispuesto a someterla a un tratamiento para que se desarrolle.

Hay que ser muy valiente para contar una historia así, que funcione, que atrape, que enganche. Y Lucía Puenzo lo logra cum laude. La película navega entre la fascinación y el horror, entre el romanticismo y el espanto, entre desear que lo encuentren y no querer tocar esa extraña historia entre ambos protagonistas. Por eso la película me parece una absoluta obra maestra capaz de conmocionar a cualquiera planteando tan incómoda equidistancia.
Una película que sería imposible sin la capacidad narrativa de Puenzo y, sin duda, sin el festival interpretativo de sus dos protagonistas: un Alex Brendemülh excelso en su composición ambigua del médico nazi y, sobre todo y por encima de todo, de una Florencia Bado totalmente hipnótica. Con su escasa edad, la actriz logra una cota interpretativa de profundidad y complejidad adquirida para su personaje absolutamente extraterrestre. Florencia Bado es un fenómeno de la interpretación y, si sigue por ese mismo sendero, oiremos hablar mucho y bien de ella en el futuro. Ella sostiene en su mirada limpia y desprejuiciada un océano de sensaciones y sentimientos distintos ante la cámara, de esos que son difíciles de olvidar, como la película.

Y, entre ambos, la Patagonia como otro personaje más, ese territorio fascinante que llena de ansias mis ganas de viajar y de buen cine al mundo, porque son ya muchas las historias eternas que se han contado desde la Patagonia. Una película sinceramente imprescindible.
Sergio Berbel
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