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Voto de Sergio Berbel:
1
Terror. Thriller Secuela del film de culto "El resplandor" (1980) dirigido por Stanley Kubrick y también basado en una famosa novela de Stephen King. La historia transcurre algunos años después de los acontecimientos de "The Shining", y sigue a Danny Torrance (Ewan McGregor), traumatizado y con problemas de ira y alcoholismo que hacen eco de los problemas de su padre Jack, que cuando sus habilidades psíquicas resurgen, se contacta con una niña de nombre ... [+]
5 de agosto de 2020
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos y cada uno de los partícipes en “Doctor Sueño” deberían ser procesados, condenados y ejecutados al amanecer por haber perpetrado uno de las profanaciones sacrílegas más graves jamás conocidas en la historia de la humanidad. Para celebrar el XL aniversario de “El resplandor”, decidí ver ayer la película documental “Habitación 237” (curioso experimento) y este mediodía “Doctor Sueño”, presunta secuela de la obra maestra de Stanley Kubrick y un absoluto atentado terrorista contra el maestro británico, contra el Séptimo Arte y contra mí.


No tomarás el nombre del Overlook en vano, dice el Undécimo Mandamiento de Dios, y este esperpento intragable, inasumible, vomitivo, palomiteramente mezquino, absurdo, desorientado, asfixiante por la bajeza inmunda de su propuesta y desnortado jamás debió rodarse por el bien de la humanidad.


Si sus dos largas, extensas, insufribles e interminables primeras horas de rodaje son ciertamente insoportables y un paradigma de la basura vomitiva en la que se ha convertido el género de terror por culpa de haber sido diseñado desde la industria para adolescentes descerebrados pero grandes consumidores de palomitas, su última media hora de tour turístico por el Overlook merece la pena capital para todos los participantes en tan infame momento que nunca debió vivir el cine.


La película no es que sea mala de solemnidad, es que incluso el término película le viene grande. Es la estupidez aberrante más sin sentido e histriónica (en el peor sentido posible del término) que haya visto en muchos años. La distancia sideral entre la idea literaria primigenia de Stephen King (que el maestro Kubrick reinventó para mejorar exponencialmente hasta límites insuperables) y la de la que parte este engendro que algunos llaman película es, por desgracia, la distancia que ha recorrido en estas décadas su autor, que debería tenerse más respeto a sí mismos y colgar la pluma antes de que se haga aún más daño.


No voy a entrar ni tan siquiera a catalogar o tratar de hacer sinopsis alguna sobre su argumento, porque afirmo seriamente que carece totalmente del mismo, pero el aspecto formal, el coche bomba que el terrorista Mike Flanagan coloca en los cimientos de algunas de las imágenes más icónicas de la historia del cine que habitan en torno el Overlook, es para ser demandado porque no hay derecho a vomitar sobre una obra maestra de manera tan esperpéntica.
Sergio Berbel
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