Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
7
Drama Hando es el líder de una banda de skinheads que impone el terror en el centro de Melbourne apaleando a la población local vietnamita, por considerarla un claro ejemplo de la impureza racial en Australia. Finalmente, los vietnamitas deciden hacer frente a sus agresores para demostrarles que no están dispuestos a sucumbir al miedo. (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2010
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos años antes de saltar al estrellato con peliculones como “Gladiator” o “Master and Commander”, Russell Crowe estuvo picando piedra (esto es, ‘haciéndose’ actor) en Australia, su tierra natal. Buena muestra de ello la hallamos en “Romper Stomper”, opera prima de Geoffrey Wright en la que este bisoño y desafortunado cineasta intentó -más allá de intentar profundizar en los orígenes del movimiento skin-head australiano- relatarnos las tropelías y ulterior desbandada de una pandilla de neonazis de Melbourne comandada por el cruel y despiadado Hando (Crowe).

Y aunque resulta evidente que a Wright se le ven las costuras* y que su tratamiento de la problemática “skin-head” no es tan maduro o consistente como, por ejemplo, el de “This is England” o “American History X” considero -sin embargo- que el enfoque dramático de “Romper Stomper” es impecable. Impecable y honesto.

Y es honesto porque, pese a quién le pese, Wright nos muestra al grupito neonazi de marras como lo que realmente es: una panda de bestias ultraviolentas y descerebradas cuya única vía de escape en su triste y marginal entorno es emborracharse y dar palizas a todo aquel que -según ellos- suponga un peligro para el desarrollo económico y la pureza racial de su país. Curiosamente, un país colonizado por ingleses cuya verdadera raza autóctona (los aborígenes australianos) muy poco parece tener que ver con los atributos físicos de estos chicos de lustrosa cabecita y raquítica mollera.

Así pues, no creo que sea de recibo reprocharle a “Romper Stomper” esa desquiciada y salvaje caracterización de sus protagonistas. No se trata de demonizar a los que sintonizan con ese tipo de estética, por supuesto, pero sí de reflejar -sin paños calientes- los hábitos y el comportamiento de una tribu urbana cuyos ideales (si pueden llamarse así) dicen poco, muy poco, de la inteligencia de quienes los profesan.

*kubrickianas y scorsesianas
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow