Tras la fría acogida general – crítica y público - al arriesgado díptico que formaron “Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo Jima”, Eastwood volvió al género bélico con una película igual de espectacular, igual de bien hecha, igual de interesante, pero con una historia más próxima en el tiempo y una estructura más convencional y aceptable para el espectador de a pie.

“El francotirador” es la recreación de la biografía de Chris Kyle, marine y SEAL, con un impresionante historial de acción y un trágico destino. Entre realizar una aproximación a su persona como civil o meterse directamente en faena a mostrar al Kyle guerrero, Eastwood coge el camino más complicado y de mayor riesgo: el del medio, intercalando etapas de su vida personal con sus depliegues en Irak. Digo complicado, porque películas anteriores que han tirado por ese enfoque han terminado pecando de desangeladas, con problemas de ritmo y de transición entre unos periodos y otros. “El francotirador” no escapa a esa inevitable sensación de «me han cortado el rollo cuando mejor me lo estaba pasando», pero se lleva bien, el talento del director y un buen guion lo compensan.

En el plano narrativo, la película es un gran resumen de una gran biografía; yo diría que todos los momentos significativos que configuraron la personalidad de Kyle están reflejados en el metraje y vinculados de alguna manera a cosas que se terminan viendo en la parte de acción. En el plano bélico “El francotirador” es espectacular. Toda clase de suertes militares están incluidas en un menú muy completo (duelos de francotiradores, patrullas casa a casa, convoyes humvee a toda velocidad, helicópteros de ataque Cobra, tanques Abrams y un largo etcétera) sin gazapos aparentes con mucha acción, muy realista (el material es real y se usa como se debe) y creíble (no hay supermarines acabando con iraquíes de cuatro en cuatro mientras esquivan balas).

Hay alguna licencia que otra o alguna innecesaria personificación del mal en un islamista concreto, pero bueno, no hay que ser tiquismiquis con una película que claramente,pertenece al top-five de la factoría Eastwood, que es mucho decir.