Como libro, “Los suecos que no amaban a las mujeres” es parecido a “El código DaVinci”: un éxito de ventas gracias a que consigue hacer que la gente que no acostumbra a leer libros se sienta culta por un rato. Por lo que he podido observar, la clave está en que es muy fácil de leer y aborda temas históricos o sociológicos (tradicionalmente reservados a versados en la materia) masticándolos para que hasta un niño lo entienda y centrándose en la parte más polémica, morbosa y, por supuesto, interesante a los profanos… que en los libros de Dan Brown son los aspectos más oscuros (e indemostrables) de la historia de la Iglesia y en el caso de “Millenium” la supuesta cara oculta de la sociedad sueca.

Es fácil reconocer cuándo se está delante de uno de estos bluffs mediocres pero con fama de ser la polla: gente que no lee más que el Marca o la revista de Gran Hermano suele señalar el libro y decir “es muy bueno”, que, es su forma de decir que “he conseguido terminarlo y si tropecientas mil personas lo han leído, es que no puede ser malo”. “Millenium I” no es una novela excepcional. Está a años luz de la prolífica y merecidamente aclamada novela negra sueca… pero por el contrario (como le pasa a “El código DaVinci”) resultan buenísimos (y lo digo en serio) guiones cinematográficos. Tienen de todo: interés (los pseudodebates histórico-sociales resultan más interesantes cuanto más disparatados son), personajes atractivos, atmósfera opresiva, acción a raudales… Y si, como es el caso, la película es un calco (o un reflejo fiel, como se prefiera) de la novela, no puede ser mala.

De pocas películas se pueda decir que “son clavadas al libro” y ésta es una de ellas. No sólo no comete ninguno de los atentados típicos de estos casos (no se toma licencias para “mejorar” cosas de la novela, ni cambia el final, ni mete personajes con roles que faltan para hacer la cosa más simpática…) sino que consigue captar la esencia de los personajes y la ambientación de la novela para plasmarla en pantalla capítulo a capítulo de manera ágil. Sólo de “Chacal” (la auténtica, la de Edward Fox, no la reciente de Bruce Willis) he llegado a decir algo parecido, aunque en ese caso más que capítulo a capítulo, era página a página.

Ver la película convalida leer el libro. Si se ha leído el libro, es interesante (no aburre) poner cara y voz a los personajes.