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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Comedia. Romance. Fantástico Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer... (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos sabemos que Woody Allen lleva ya unos años embarcado en una especie de proyecto personal que consiste en recorrer Europa haciendo cada año una película en cada capital. Allí se lleva conocidos suyos, los mezcla con actores locales conocidos y hace una pintoresca macedonia. Eso lo hace otro director con menos carrera a sus espaldas y todo el mundo diría que se está pegando una jubilación de lujo a costa de los bolsillos de sus espectadores, pero como hablamos de quien hablamos y el hombre tiene una carrera a sus espaldas, creo que se merece el beneficio de la duda. Sea como sea, ya le vamos pillando el truco y sus películas y estaremos todos de acuerdo en que siguen un ciclo: hace una película medianamente decente, dos patochadas inocentes y un truño sin paliativos. Para mí, esta “Midnight in Paris” es de las patochadas inocentes aunque por alguna razón consiguió enganchar a la crítica (que no al público, que hace tiempo que se ha cansado de subvencionar al abuelo).

La historia adolece de la misma simpleza narrativa de todas las obras de su tour europeo: Un alter-ego de Woody Allen (en este caso un recuperado Owen Wilson, del que me alegro que haya dejado atrás sus problemas personales), lleno de inquietudes e inseguridades se sumerge sin mucho preámbulo (generalmente ninguno, sin más) en una alocada historia que deja entrever experiencias pasadas, viejos sueños, antiguas decepciones o aspiraciones frustrados del director/guionista en el pintoresco marco de una ciudad europea, en este caso París, sin muchas veces respetar las más elementales restricciones del espacio, el tiempo y la realidad. En este caso, por increíble que parezca, hablamos de viajes en el tiempo en varias dimensiones sin ninguna base científica, simplemente la fantasía por la fantasía. Aunque el recurso permite ofrecer situaciones inverosímiles pero llenas de potencia teatral con artistas del pasado, lo simple de la puesta en escena (la frivolidad por ejemplo a la hora de abordar un viaje en el tiempo) puede rechinar a los espectadores no incondicionales de Allen, a los que no se puede reprochar que entiendan como pereza o falta de trabajo lo que sus adeptos califican de minimalismo narrativo.

Si los chispeantes diálogos del protagonista (Allen o Wilson, como lo queramos ver) y ver la manera en la que Woody presenta a gente como Hemingway, Belmonte, Dalí, Buñuel… son uno de los puntos fuertes, el que nuevamente una de sus películas carezca de algo parecido a un clímax o un final es otro punto a favor de los que piensan que esta clase de cine es un peñazo y que el abuelo siempre hace lo mismo, a los que se resisten a pagar el peaje en paciencia que exige el cine de este hombre.

Como decíamos al principio no es una película para hacerse seguidor de Allen ni tampoco para despotricar. Es pintoresca, aburridilla, previsible, inofensiva… en fin, un inocente sainete.
OsitoF
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