Muchas veces, lo difícil de escribir una crítica es argumentar por qué una película es buena o mala, si es recomendable o no, si es interesante o aburrida… justificando por qué recomiendas ir a ver una cosa que te ha parecido aburrida o por qué no te termina de convencer algo con lo que has disfrutado, y es que no siempre las sensaciones que quedan cuando aparecen los títulos de crédito son coherentes ni se puede expresar con palabras todo lo que pasa por la cabeza.

En lo único que pienso después de ver “La vida secreta de las abejas” es que me he aburrido como una ostra, pero que ha sido algo bonito de ver, supongo que algo así como mirar una pecera: improductivo, pero relajante. A lo mejor es que hay que tomársela como una película terapéutica… sin más pretensiones que la curiosidad de estar protagonizada por tres cantantes- actrices: Jennifer Hudson, Alicia Keys (cuyas capacidades musicales exceden enormemente sus capacidades interpretativas por muchos Oscar que les puedan dar), Queen Latifah (cuya capacidad interpretativa supera sus dotes musicales) y un elenco de buenos actores en papeles enorme e inmerecidamente secundarios (Dakota Fanning, Paul Bettany y la chica de “Hotel Ruanda”).

Técnicamente impecable, sin correr el más mínimo riesgo, no inventa nada pero todo es correcto hasta la neutralidad más absoluta, triste pero optimista, dura pero dulce, aburrida pero hermosa… “La vida secreta de las abejas” puede ser una opción a tener en cuenta para estas típicas noches de verano que no hay fútbol y todo son reposiciones, peleas de petardas y galas piscineras.