Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Drama Brandon (Michael Fassbender) es un joven y apuesto neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obsesionado con el sexo, se pasa el día viendo revistas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día se presenta en su casa, sin previo aviso, su hermana menor Sissy (Carey Mulligan) con la intención de quedarse unos días en su apartamento. (FILMAFFINITY) [+]
19 de enero de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Shame” es un caramelo para cualquier actor, una obra en la que tu cara (y en este caso tu cuerpo) ocupa el plano más del 95% del tiempo y en la el guión, a falta de otra cosa más interesante que contar, te deja dar rienda suelta a todo lo que llevas dentro: caras, poses, gestos, miradas, insinuaciones… Casi dos horas por y para que el actor protagonista se luzca metiéndose en la piel de un adicto al sexo y nos cuente, en tiempo real (!!) la vida de un pajillero. Un tío que se tira todo lo que se le pone por delante de manera compulsiva, se deja al día una fortuna en prostis y solo sufre gatillazos cuando alguien le importa. Un gran papel, en resumen, para un gran actor, Fassbender, enorme, que ya ha demostrado sobradamente sus capacidades en otras películas. Aquí hace lo mismo y, la mitad del tiempo, en bolas y retozando.

Lo malo es que, aparte de su interpretación, no hay película como tal, tan solo minutos y más minutos de interiorismo, psicología y enredos familiares hilvanados con el exceso de fogosidad del protagonista… o sea una tortura para cualquier espectador medio más interesado en pasar un rato entretenido que en un ejercicio de onanismo interpretativo, una vorágine sinfónica hacia el vacío, hacia el desinterés, hacia nada que no nos hayan contado ya Carmelo Gómez en la ficción o Michael Dougles y Paquirrín en la realidad.

Consciente de que al tercer polvo consecutivo el morbo se vuelve aburrimiento y el pene de Fassbender, más de tres cinco veces empalaga, el montaje se vuelve estúpido al intentar salir de la linearidad y pretencioso al buscar la originalidad. Y es que poco más hay fuera de la provocación y la audacia iniciales. Gran estilismo musical, gran empaste sonoro-gráfico-interpretativo, medido hasta la micra, pero un consejo: cada vez que suena una pieza de piano puedes pasar la escena (de no menos de cinco minutos) a cámara rápida.

Y lo peor de todo es que no acaba. O sea, acaba, pero sin final, como a mí tanto me jode, con una mirada que puede significar cualquier cosa y por mucho que pasas los títulos de crédito a ver si hay desenlace final o introducción a la segunda parte, te das cuenta de que no, que no hay nada… pero vamos, que tampoco me quita el sueño y, de hecho, se agradece que llegue un punto y final (signifique lo que signifique dicho final) a este coñazo.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow