Primero fueron los padres de ella, luego fueron los padres de él, ahora los padres son ellos y no tengo ninguna duda de que, previsiblemente, luego serán los hijos de ellos, los padres de las madres o las madres de los tíos. O viceversa. Mientras haya guionistas capaces de reescribir la misma historia una y otra vez metiendo a Ben Stiller y Teri Polo en crisis matrimoniales por culpa del paranoico Robert Deniro, salvándolas in-extremis gracias al poder del amor verdadero e ideando nuevos personajes-reclamo (Jessica Alba, Dustin Hoffman, Barbra Stresisand) con pequeños papeles forzados que no pintan nada, habrá nuevas secuelas de la respetable “Los padres de ella”. Total, cualquiera puede dirigirla, no hace falta demasiada inversión en decorados o exteriores y siempre habrá alguna ex-estrella en horas bajas dispuesta a decir un par de frases graciosas por el salario mínimo.

Claro que tampoco pasa nada ni hay que rasgarse las vestiduras… “Ahora los padres son ellos” es una digna tercera parte que no reinventa ni aporta nada nuevo: simplemente mantiene la línea de humor blando, previsible, inocente y para todos los públicos que se espera de ella. No provoca carcajadas, pero sí alguna que otra sonrisa y ningún sonrojo. ¿Aburrida? Quizás. ¿Graciosa? Puede. Seguramente, una mezcla de las dos cosas. Decente, se merece una oportunidad o como mínimo un respeto.