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Voto de chapista:
10
Thriller. Intriga Sy (Robin Williams) trabaja como dependiente en una tienda de revelado rápido de fotos en unos grandes almacenes. Es un hombre solitario, tranquilo y sensible, con un único defecto: necesita una familia a la que querer y cuidar. Ahora por fin la ha encontrado... y está dispuesto a hacer lo qué sea para mantenerla como a él le gusta. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2009
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es un lugar extraño. Uno escucha desde pequeño lo que lo hará feliz y ante la desolación de los días busca en las certezas ajenas la seguridad de esa satisfacción, por eso tratamos de vivir como nos enseñan a hacerlo, aunque en ocasiones las promesas no se cumplan.

El ansia por participar de la normalidad satisfecha es común y su búsqueda a través de la familia tradicional el medio habitual para tratar de alcanzarla. La desviación se produce al vivir esa normalidad a través de otros, convertido en un apéndice, como un parásito que se alimenta de sus logros sociales para dar sentido a su existencia y corroborar que es cierto que la vida y la felicidad no son incompatibles.

Ante los inadaptados fascinados por la perfección de sus vidas los seres felices se conmueven hasta la compasión condescendiente de desearles menos tristeza. No saben que en ellos habita la determinación de mantener ese estado, y que en su celo no tolerarán síntomas de corrupción o se volverán implacables.

Todos empleamos las fotografías como armaduras en nuestra lucha contra el paso del tiempo y nos aseguramos que en ellas parecemos felices. El hombre que positiva tus momentos más alegres no sólo ve esos instantes, es capaz de reconstruir mundos paralelos por los que colarse para acceder a ti. Te vive, porque en su imaginación comparte tu vida y habita tu casa. Si bebe tu cerveza, mira tu televisor, usa tu aseo, descansa en tu sofá y juega con tu hijo es posible que termine por sentirse parte de la familia. Y como un padre supervisor será dulce y cariñoso el día de tu cumpleaños, pero se irritará cuando lo decepciones.

Si “El fotógrafo del pánico” planteaba una reflexión inquietante sobre el voyeurismo de los espectadores ante las imágenes en movimiento “Retratos de una obsesión” aborda el almacenamiento de instantáneas para certificar su condición de fetiche, de elemento que actúa como representación. Ya sea de la calidez hipócrita de nuestro hogar o de la vacía soledad de nuestra tristeza. Si hay películas que por la exactitud con las que trasmiten emociones pueden parecer perfectas, a ésta no vamos a negarle esa condición.
chapista
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