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Voto de Eduardo:
8
8,0
72.596
Thriller. Drama
Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joker es un plato exquisito no apto para todos los paladares. De hecho, se le va a atragantar a más de uno. Joker no es una película para amantes de los Vengadores y todas esas tontadas de la Marvel. Ni siquiera para fanáticos del Hombre Murciélago. Joker es una película real como la vida misma, una auténtica patada en el bajo vientre. Es la historia de cómo se construye un psicótico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se llama Arthur Fleck y es escoria. Todo el mundo le trata peor que a un perro. La caga siempre, haga lo que haga. Porque es un enfermo mental, incapaz de adaptarse a las normas estipuladas para la inmensa mayoría. Le insultan, le pegan, le escupen, le expulsan de los trabajos, es una sombra a la sombra de los demás. Intenta convertirse en cómico, pero no tiene gracia, sus chistes son lastimosos, el público no le entiende. Hasta que se brota. Habría podido titular la crítica "Crónica de un brote", pero creo que me ha quedado más poética. Joker no es una película política, como van soltando algunos. Ni siquiera una película libertaria, heredera de Bakunin. Es una película desesperada, visceralmente nihilista. Una vez Fleck descubre que la vida es una mierda, que no hay nada antes, ni lo habrá después, ¿para qué tratar de compensarse? Hay que divertirse mientras dure la función, y si eso supone matar y destruir, adelante: the show must go on. Un ser que ha recibido trallazos desde la cuna, que ha sido golpeado, violentado, sodomizado, machacado, triturado... ¿Qué tiene que perder? Gotham City es un infierno, un espejo de Nueva York, o de cualquier ciudad grande e inhumana. Hasta que los payasos se rebelan y empieza la escabechina. Se habla mucho de la violencia de Joker. Hasta la distribuidora española, en un desvergonzado y bochornoso arranque promocional, aconseja ir a verla sin máscara de payaso ni armas de juguete. Por favor. Lo peligroso es que la gente se ría cuando Joker no puede reprimir su siniestra, estremecedora risa, que surge del pozo de su locura. En mi cine, un grupo de adolescentes descerebrados reía cada vez que al pobre Fleck se le escapaba la risa. Eso sí que es peligroso: la imbecilidad, cada vez más presente en nuestro mundo. La violencia de Joker es mesurada, razonada y, sin que nadie se asuste, justa y necesaria. Y además, el film es respetuoso con el mito de Batman, porque nos explica perfectamente cómo nace su archienemigo y en qué exactas circunstancias es asesinado el padre de Bruce Wayne, en una simbiosis que cualquier fan ha de aplaudir forzosamente. Joker se sostiene no sólo en un guión sólido como una roca, sino en una de las interpretaciones más magnéticas que he visto en muchos años. Ya he confesado en alguna ocasión que Joaquin Phoenix me molesta, me inquieta, me irrita, me da mal rollo. Con Joker, Oscar seguro de este año, ha llevado su locura un paso más adelante, hasta mimetizarse con Arthur Fleck y su alter ego brotado, Joker. Se hablará durante décadas de esta performance prodigiosa. Joker rinde homenajes explícitos a Chaplin, con una utilización formidable de su inmortal tema Smile, de Tiempos modernos, que ni clavado para la ocasión, a Frank Sinatra, con otras dos canciones que parecen escritas para la película, la energética That's Life y la patética Send In the Clowns; y a Martin Scorsese, a sus Taxi Driver y El rey de la comedia. De esta última recupera a Robert De Niro, quien llevaba dos décadas sin rodar algo decente. Ya ardo en deseos de echarle mano a El irlandés. ¿Por qué no un 10? Algunas reiteraciones innecesarias, alguna escena embutida con calzador. Por lo demás, lo mejor del año, de momento. Cuidado con las indigestiones...