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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Serie de TV. Thriller. Drama Miniserie de TV (2018). 8 episodios. Tras pasar un breve tiempo en un hospital psiquiátrico, la periodista Camille Preaker regresa a su pequeña ciudad natal para cubrir los asesinatos de dos chicas adolescentes. Durante años, Camille apenas ha hablado con Adora Crellin, su neurótica e hipocondríaca madre, que vive con su marido y con su hija Amma, hermanastra de Camille, una joven a la que apenas conoce. Instalada en su antiguo ... [+]
29 de agosto de 2018
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza con el zumbido de un pasado brumoso antes de despertar.
Un par de niñas patinan hasta una mansión en medio del campo, jugando y riendo, en una estampa que parece prohibida, con un aire de fábula que sin embargo se siente algo podrida.
Y aquella niña, años atrás, despierta con un alfiler a su contrapartida adulta, como si quisiera decirle que se ha acabado soñar con lo idealizado y toca atender una realidad que no ha dejado de doler.

'Heridas Abiertas' nunca cierra la puerta a ese diálogo con el pasado.
Mostrando que de alguna manera el presente siempre está afectado por él, por mucho distanciamiento u olvido que queramos poner de por medio.
Existimos en una cicatriz que se extiende desde nuestra infancia y, si no tenemos suerte, puede que nunca llegue a cerrarse.

Así le ocurre a Camille Preaker cuando vuelve a Wind Gap, a la casa familiar, después de varias décadas creyendo que podría escribir de lo malo que pasa en otros lugares, y no allí.
El desvelo de sus traumas y heridas no llega de inmediato, sino a trozos, en gestos que reflejan otros que ya hubo, más violentos, y personas que cual espectros se han quedado al fondo del plano, como mal revelados en una fotografía.
Su madre Adora no fue el mejor de los ángeles guardianes, ni la bienvenida de su hermana Amma es capaz de disimular el hecho de que la casa dejó de ser refugio, al fallecer la pequeña Marian.

Allí, en el hogar familiar, Camille se adentra en un corazón de las tinieblas dolorosamente personal, mucho más peligroso que la supuesta dama de blanco que anda por las calles robando adolescentes desamparadas.
Porque regresar para ella es un acto de exorcismo, una prueba para afirmarse que su infancia y su familia no fueron tan malas como las recuerda, aunque pronto queda claro que no se mentía cuando le dijo a su amiga más querida: "no, nunca mejora".
Aparte, por el camino se muestra y desarrolla, cual parásito desagradable, esa entropía que abunda en las localidades pequeñas, donde generaciones en distintos ritmos de la vida sienten cada día como una condena, y hay cierta diversión maléfica en echar la mierda sobre el que tarde más en ocultarla.

Quizá nunca superamos la infancia, hasta que dejamos de sentirnos a salvo en la casa de muñecas.
O hasta que tragamos, con absoluta determinación, todo el veneno de "cariñosa" decepción materna que en su momento creímos poder evitar.
Puede que incluso no la superemos hasta que comprendamos que el mal no estaba "afuera", sino que había un monstruo en cada casa, al acecho para sacar en las noticias solo aquel que falle en silenciarse.

Lo que está claro es que Camille pensó que su reportaje no tenía nada que ver con ella misma, para al final darse cuenta de que tenía que recoger cada afilado recuerdo aunque no quiera, y sacrificarse un poquito para no volver a repetir ese pasado que pincha.
Porque no podemos evitar ser de dónde venimos, ni cortarnos cadenas que nos han mantenido enteros, por muchas heridas que nos hicieran.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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