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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Romance. Drama Adaptación de "Bodas de sangre", de Lorca. Desde pequeños, Leonardo, el novio y la novia han formado un triángulo inseparable, pero cuando se acerca la fecha de la boda las cosas se complican porque entre ella y Leonardo siempre ha habido algo más que amistad. La creciente tensión entre ambos es como un hilo invisible que no se puede explicar, pero tampoco romper. (FILMAFFINITY)
24 de diciembre de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La imagen se concentra en un rayo de sol cuando se muestra el título.
Como cualquier rayo de sol, lo que podría ser estático está vivo y en movimiento; millones de partículas de polvo se mueven en él.
De igual manera que 'Bodas de Sangre' podría ser solo un texto teatral rígido, sin interés. Mira de nuevo.

'La Novia' se podría decir que es la adaptación de aquella obra.
Pero más bien es el sueño febril, o la pesadilla insistente, de alguien que hubiera leído la novela. Todo en ella rezuma viveza e intensidad, todo en ella es extremo: carne y sangre, fuego y frío.
Las sensaciones viscerales, directamente al hueso, recorren cada imagen asentando la tragedia que que nace de lo que en principio debería haber sido "solo" una boda.

Aunque nunca es "solo" una boda.
Es la total pérdida de individualidad por otra persona, y el sacrificio necesario para mantener eso, como el coro de mujeres que rodean a la Novia no paran de mencionar. Todas ellas lo ven como una bendición deseable, lo mejor que puede pasarle a nadie, mientras la cubren con el velo asfixiante que llevará, matándola en vida.
La Novia, con sus miradas furtivas, nos dice lo que realmente es: su propia cárcel, un destino que avanza sin descanso hacia ella. Asustada, busca una salida. Esperanzada, oye una bestia rondar su casa.

Sobre esa bestia, un hombre.
Uno directamente conectado con su pasado, donde no había sequedad yerma, y la naturaleza era agradable al tacto de pies desnudos, donde el amor juvenil era inocente de puro imposible. Hasta que, derramada la sangre, no queda más que desierto donde todo duele y quema.
Marcada con dos estigmas imborrables, es solo ella la que puede elegir entre dos hombres, o dos maneras de quemarse. Una sobre la paciente arena del sol, otra cegada por la luz que puede irradiar la felicidad pura.

Por eso, se evita juzgar a nadie.
Todos tienen sus razones para sufrir, desear o ser egoístas. No vemos algún tipo de clasificación injusta entre "buenos" o "malos" sino solo personas, acosadas por errores pasados, luchando contra sus demonios presentes y queriendo un futuro feliz.
Los viejos se afanan en esa felicidad dejando atrás el dolor, pero es la Madre del Novio la que no puede olvidar, la que se resiste a embargarse de felicidad: quizá porque la felicidad de otros significa su soledad, quizás porque sabe que dentro de nosotros mora un animal hambriento que no disculpa ni perdona. Su fortaleza queda como testigo ingobernable de un carácter que pocos tienen, pues es la única que puede enfrentarse a la Novia en determinación, aunque donde una escogió el desierto la otra escogió la llama.

Sabiendo lo que la llama la deparaba, pero rindiéndose a ella sin medida.
Desoyendo los augurios negros de ecos inciertos, sacrificando su estabilidad por locura. Transformando el pasado blanco juvenil que la mira con decepción en un cuchillo igualmente blanco que busca sangre amada, afilado por el paso de los años a la sombra de lo que otros pensaban era bueno para ella.
La Novia, llegado el momento, rasga sus apretadas vestiduras para revelar su cuerpo desnudo, puro y libre. Y renaciendo de su pegajosa conciencia nos pregunta, con ojos desarmantes, si no hubiéramos hecho nosotros lo mismo. No nos pide compartirlo, solo entenderlo.

Es imposible no hacerlo cuando cada fibra del relato aparece tan reveladora ante nuestros ojos, para hacernos sentir lo que ella siente. Cuando un zoótropo es un recuerdo inconsciente que no se detiene en la mente, o la luna llena se acerca sutilmente para envolver la culpa de conciencia.
Edificios derruidos, de otro tiempo, cercan la historia, dejando claro que puede ocurrir en cualquier lugar, en cualquier tiempo. Sigue ocurriendo que la pasión nos devora y arrastra sin que podamos hacer nada por evitarlo, e incluso una palabra de perdón puede parecer fuera de lugar para los que nos quieren.

La Novia dice "...Y te sigo por el aire como una brizna de hierba". Una brizna inanimada, sacada de su sitio, sin lugar al que volver. Una que permanecerá flotando en el aire por siempre.
En una sola frase cabe la poética del amor puro, y el corrupto abismo en el que nos sume una vez se apaga.
Charles
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